Resfriado

1.2K 68 12
                                    

(Parte 2)

Eren
Acabamos con un resfriado, algo que era obvio desde que hicimos contacto con la lluvia.
Me propuse algo, cuidarla todo el día. No la pude proteger ni cuidar tiempo atrás, pero ahora si. Puede que sea insignificante un simple resfriado pero como estábamos lejos del mundo ahora, era de lo único de lo que la podría cuidar en estos momentos.

Se encontraba en nuestra cama recostada, muy bien tapada entre las cobijas con un poco de fiebre. Cabe recalcar que yo también estaba resfriado, pero nunca me afectaban tanto como debían.
— ¿Cómo te sientes? — dije mientras me acostaba al lado de ella.
— Mejor — dijo volteándome a ver.
— Todo fue mi culpa, si no hubiéramos salido a altas hora de la noche en la lluvia no estarías así. — me sentía un poco culpable al respecto.
— Más bien no "estaríamos" así, a ti también te afectó. Además, no hay de que disculparse, solo es un resfriado que si valió la pena.
Deposité un beso en su frente y fui hacia la cocina para prepararle algo que la hiciera sentir mejor.

Mikasa
No quería verme débil ante él, pero ¿cómo no podría? Se ha comportado como todo un caballero, como un príncipe sacado de un cuento de hadas. Todo era demasiado cursi y romántico que no podía ni verlo a los ojos, no había podido ver sus ojos esmeralda desde hace tiempo, con solo verlos estoy en mis rodillas totalmente ruborizada. El ser pareja después de soñarlo por tanto tiempo no parecía real, no teníamos el valor de al fin juntar nuestros labios estando solo los dos de esta manera, no podíamos estar cara a cara al estar en nuestra cama, siempre volteábamos hacia el otro lado. Parecíamos niños que solo llegaban a tomarse de las manos, lo cual, había sido un logro.

— ¿Qué haces Eren? — pregunté al salir del cuarto.
— ¿Qué? — dijo al voltear a ver la olla en la cual estaba cocinando. — Ah.. ehh.. yo- nada..
— Déjame ayudarte, todavía no hemos acabado tus clases de cocina.
— No, en serio. Ya acabé pero no vea... — Antes de que acabara su frase vi detrás y vi que tenía un plato hondo con un caldo de pollo recién hecho, jugo y... una pequeña nota abajo del plato que decía "Te quiero". — Se supone que sería una sorpresa... espero haberlo hecho bien — dijo bastante avergonzado.
— Es... perfecto. — dije al acercarme a él y darle un beso en su mejilla, un poco cerca de sus labios para retirarme.

Eren
El hacerle detalles era algo que era bastante difícil. Antes, cuando éramos reclutas intentaba dejarle flores en el lugar donde ella se sentaba en el comedor, aunque siempre pensaban que era Jean u otro admirador secreto.
A veces intentaba seguir los consejos que Hannes nos decía al estar ebrio, del como conquistó a su mujer. O de las escenas románticas favoritas de los libros de Armin.

Al entrar de nuevo a nuestra casa, vi que dejó una flor morada, igual a las que estaban en el árbol donde solíamos pasar el rato, en la mesa con una nota diciendo "Yo también te quiero Eren". Mi corazón explotó. Esto era demasiado romántico, tal vez no para todos, pero para mi el leer las palabras que ella y solo ella escribió para mi hace que se derrita mi alma.

Pasaron las horas y seguíamos con detalles intentándonos consentir cada que se daba la oportunidad, teníamos que pasar mis 4 años felices, no importa cuan cursi sea, si es lo que nos hace felices no tiene nada de malo ¿verdad?

Mikasa
Horas más tarde fue hora de ir a dormir.
Nos tapamos con las hermosas y delgadas sábanas blancas. Hubo un silencio acogedor hasta que mi mente empezó a recordar él cómo se sentirán nuestros amigos al haber huido de esta manera. El pensar en aquello me preocupaba demasiado, me preocupaba el pensar en qué Eren se sintiera culpable. Oculté mi rostro entre las cobijas, por lo que Eren se dió cuenta.

— Mikasa — dijo con su voz ronca y grave con un tono de preocupación. — ¿Estás bien?
— Solo pensaba en algo...
— ¿Qué sucede? — se acercó hacia mi.
Decidí voltear para verlo a los ojos, me encontré con una mirada tan hermosa donde se podía ver a kilómetros el amor que desbordaba.
— ¿M-mikasa? — me quedé tanto tiempo hipnotizada, como si su mirada me consumiera que me quedé pasmada y ninguna palabra logró salir de mi boca.
— ¿Te sientes culpable por haber huido? — dije al recuperar consciencia.
— Hmmm... — solo suspiró hondo y quedó pensativo unos segundos. — no. Claro, me... entristece haberlos abandonado, pero nunca me arrepentiría de haberte elegido a ti. — dijo un tanto apagado.
— Lo sé, pienso lo mismo.
— Pero amo que estamos solo los dos ¿no crees?
— Claro que me...
No pude terminar de hablar al sentir como sus brazos rodearon mi cadera y espalda atrayéndome hacia él.

Amaba estar así, amaba todo de él.
Amaba sus manos cobardes al intentar cocinar o tomar mi mano.
Amaba sus pies, amaba el ver como daban un paso hacia el frente al siempre intentar salir adelante dando el primer paso.
Amaba sus ojos, amaba ver el como se podía ver un brillo que reflejaba esperanza.
Amaba sus brazos, que cargan con toda la responsabilidad que lleva ser el "salvador de la humanidad".

— Y lo que más amo, es a la chica que tengo rodeada en estos instantes. — dijo mientras me miraba directamente a los ojos.
— No tanto como a la chica a la que enamoraron unos ojos verdes.

El calor corporal y este hermoso abrazo a la luz de la luna provocaron que él sueño se apoderara de nosotros, dando así una mejora para el resfriado de ambos.
Fue uno de los mejores días sin duda

____________________

Fantasies - Eremika One ShotsWhere stories live. Discover now