¿Qué harías al darte cuenta que tienes un acosador? Alguien que te sigue luego del trabajo, alguien que te observa en todo momento, alguien completamente desagradable.
Pero;
¿Que pasaría si aparece otro más problemático y peligroso?
...
Estaba perdida en medio de las montañas, lloraba sin parar debido a que no podía encontrar el camino de regreso a casa, me arrepentí de haber huido de esa manera pero no logro recordar exactamente de que estaba huyendo, solo me podía mantener de cuclillas mientras ocultaba mi rostro en medio de mis rodillas llorando desconsoladamente, sentía la angustia y el miedo de no poder encontrar la salida.
De repente, una voz se hizo presente, no era nada agradable y parecía poco empática ante lo que presenciaba; supuse que era normal ya que, no todos los días encuentras a una niña llorando en medio de las montañas, incluso viéndose desde otra perspectiva; podía ser algo aterrador. Sin embargo, sentí como tomo mi mano y me guío de vuelta a la salida, su tacto era cálido pero un poco áspero, por más que lo intenté no logré ver su rostro, ni recordar su nombre en cuanto lo mencionó, además que su voz se mezclaba con el viento sin poder llegar a mis oídos.
No recuerdo nada más que su intensa mirada, y su mano tomando la mía mientras me guiaba.
Por primera vez me sentí a salvó, era la primera vez que alguien me ayudaba en una situación de oscuridad, así que luego de decirle mi nombre; prometí que no olvidaría lo que hizo por mi y que la próxima vez que nos reencontramos le daría las gracias adecuadamente, pero ¿Que paso después? No lo recordaba...
A veces me preguntó...
¿Que fue de el?
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Frunci el ceño en cuanto sentí la luz del día apuntando a mi rostro, el sonido de las aves al cantar y el ruido de la calle entraban libremente por la ventana que quizás olvide cerrar anoche. Abrí los ojos con dificultad recordando el sueño de hace poco segundos, una sensación de nostalgia invadió mi pecho con ganas de seguir durmiendo, que ganas tenía de seguir soñando, pero no lo haría, no podía quedarme en cama todo el día aunque así lo quisiera.
Me reincorpore estirando mi cuerpo y pase las manos por mi rostro aún somnolienta, no me esperaba sentir como mis mejillas se encontraban humedecidas; parece que aquel sueño fue lo suficientemente realista como para hacerme llorar mientras dormía. Suspiré limpiando las pocas lágrimas que aún se mantenían y restándole importancia decidí levantarme.
Mire la hora en un aparato viejo que milagrosamente aún funcionaba, me sorprendió ver qué había pasado del medio día, normalmente no solía despertar tan tarde. Volví a suspirar mientras me dirigía al baño, lave mi rostro en busca de despertar por completo, por alguna razón siempre que tengo algún sueño suelo despertar más cansada de lo normal; era molesto sentirse así.
Volví a la habitación para cerrar la ventana, el invierno de seguro llegaría pronto pues el aire que entraba estaba más frío que de costumbre.
Pasaron unos minutos antes de que el sonido de la puerta llamara mi atención, había olvidado por completo al héroe que se encontraba afuera, espero no haya muerto de hambre aún.
