P. A

Capítulo 10: "Correr el riesgo"

Miedo.

Tengo miedo.

A la fuerza me enfrenté a ahogados y merodeadores, seres que antes fueron humanos, y a personas sin saberlo. Pero ahora, frente a una amenaza real, con humanos que sí pueden razonar y a los que puedo ver bien, todo me resulta en pánico.

Las personas son impredecibles.

Si salgo corriendo... ¿ellos me perseguirán?

Puede que lo vean como una amenaza, porque si hay una verdad que tener en cuenta de todo lo que dije, es que todos los humanos pueden razonar, mas no todos quieren hacerlo. Además, la ventaja numérica jugaría en mi contra, no solo por los humanos, también por los merodeadores que rondan cerca.

Voy a intentarlo.

Mis manos temblorosas se alzan al cielo en señal de rendición.

—Eva... —pronuncio con voz temblorosa—. Me llamo Eva.

—Una chica —dice el tal Peter—. ¿Qué hace una chica como tú aquí?

Que haga énfasis en «una chica» suena a que algo trama.

—Formo parte del refugio que buscan —confieso ya más firme.

Dejando de lado el hecho de que su interés me resulta algo perturbador, mostrar algo de seguridad me ayudará a que no me hagan nada... espero.

Escucho al otro sujeto reírse.

—¿Lo dices en serio? 

Se acerca; puedo oír sus pasos.

Esto me inquieta. Dos contra uno sería una pelea injusta y que me tendría a mí derrotada.

—Sí. Formo parte de los reclutas encargados de las expediciones, miembro importante...

Mi mentira queda a medias a causa de otra risotada. ¿Es que este tal Larry no sabe qué nos rodea? Otro tonto del culo más...

—¿Y qué haces aquí sola?

—He desobedecido las órdenes de mis superiores y me han castigado. Ahora tengo que volver al refugio a pie.

Peter agarra del brazo a Larry antes de que suelte otra carcajada estúpida. Su compañero rechaza el gesto dándole un manotazo.

—¿Qué?

—Si esta chica dice la verdad... —Ambos voltean a verme, y aunque no puedo ver sus expresiones con total claridad, sé que no me espera nada bueno.

—Esperen... —les freno antes de que cometan alguna acción en mi contra—. Hagamos algo... Ustedes me llevan al refugio y yo...

—¿Tú? —suelta Peter en un tono burlón— Eres una simple recluta.

Resoplo.

—Eso pasa por no dejarme acabar... —mascullo—. Soy la hija de uno de los jefes, el encargado del reparto de suministros y armas. En estos momentos deben estar castigando a los idiotas que me dejaron aquí. Si me regresan al refugio, sana y salva, les aseguro que mi padre estará feliz de recibirlos, les dará muchas ganancias y, tal vez, algo más... Nunca se sabe.

Ambos vuelven a mirarse. Hablan a través de sus miradas, un hecho importante teniendo en cuenta que es de noche.

—¿Qué dicen? —insisto.

Peter es quien empieza a asentir.

—Bien, te llevaremos al refugio.

Aunque prefiero que me diga que no quiere nada que ver conmigo y que me largue ya, sé que es imposible tener una respuesta así. Ellos quieren entrar al refugio, probablemente para robarnos. Suerte que nuestra comunidad es grande y precavida.

El plan es el siguiente: deshacerme de este par antes de llegar al refugio. Tenernos de mi lado en el bosque será un simple trámite en caso de que los merodeadores y ahogados me ataquen.

Después de eso, voy a correr.

Avanzamos.

Yo voy por delante, guiando, y los dos sujetos detrás. Es peligroso, pero mostrarme ansiosa lo sería todavía más.

—¿Cuántos años tienes, Eva? —pregunta Larry.

—Dejé de tener edad cuando comenzó la pandemia. —Trato de sonar segura— ¿Por qué?

—Tu voz es la de una chica joven.

¿De nuevo con esa palabra? ¿No serán estos tipos unos depredadores?

Probablemente. Si no fuera porque necesitamos usar estos trajes, quizás estarían sobre mí.

Qué asco.

Necesito apurarme.

—No nos distraigamos... —pido en el mejor tono que puedo.

Mientras camino entre unas ramas que golpean mi cuerpo, volteo para advertirle a los dos sujetos que tengan cuidado. Al hacerlo me percato de que hablan entre sí a través señas.

Esto no va bien.

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El momento de la verdad ha llegado. Tienen que decidir.

Desde ya les digo que deben elegir con cuidado, porque de ustedes depende la vida de Eva.

¿Qué debería hacer?

A) Actuar como si nada y seguir el camino

B) Encararlos y advertirles