Capítulo 4: "Sentidos"

2.6K 679 497
                                    


Tomo el cubo de espejos y lo tiro al suelo con fuerza, dejando expulsa la mascarilla. Me agacho, la sacudo y me la pongo en el rostro. No sé si estoy aspirando aire, trozos del espejo o más mierdas, pero creo que he evitado aspirar de la nube de color amarillento que sale de la nada.

¡Bien hecho! Te has salvado de un contagio inmediato. Veamos qué tanta suerte tienes en la próxima prueba.

—¿Próxima prueba? ¿Es una joda?

¿Qué dices? —pregunta V con una tonada de cinismo sádico— Con la mascarilla apenas puedo oírte.

Una carcajada llena de locura se escucha por todo el cuarto. Llena de rabia, y sin poder creer todavía que esté metida en la habitación del pánico de un demente, enseño mi dedo corazón hacia el parlante. V da un dramático grito ahogado.

Eres una grosera. Solo por eso le añadiré una dificultad más a tu siguiente prueba.

Ah, maldición.

Podría cagarme encima, pero prefiero guardarme para cuando me tope con ese maldito.

Una estruendo suena en la sala. Una puerta se abre. La música de antes empieza a sonar. Camino hacia la nueva sala abierta y me quedo en la entrada. Adentro todo está oscuro. El ambiente es gélido, puedo sentirlo incluso con mi traje puesto.

Entra, vamos —me insta V—. No me obligues a dormirte otra vez.

Ni de chiste voy a entrar.

Oh, chica, no te hagas la difícil. Tarde o temprano vas a tener que entrar. Solo estás alargando el tiempo. Él te está esperando...

­Está hablando de Gael.

—¿¡Dónde está!? —grito fuerte para que me escuche.

Te lo diré si llegas a la tercera prueba.

Más risas.

Miro la sala. No se logra ver nada.

Doy un paso. Otro. Otro y otro. Estoy dentro, pisando lo que sería la nada misma. Un pozo oscuro y terrorífico. Es como estar dentro de un congelador.

La puerta de la primera sala se cierra a mi espalda.

Carraspeos. 

Es V.

Esta siguiente prueba consiste en retar tus sentidos. Presta atención a tu entorno, a los sonidos, a las siluetas que se formarán en la oscuridad, porque solo tus sentidos te podrán salvar. En algún lugar de esta sala hay una llave que te llevará a la siguiente prueba. ¡Buena suerte!

¿Buena suerte? Es un maldito.

No puedo ver, oler ni probar un carajo, por lo que solo dispongo de dos sentidos: el tacto y la audición.

Extiendo mis brazos para equilibrarme y saber dónde puedo pisar. Mis ojos están bien abiertos, mas todo lo que veo es el negro de mi entorno.

Camino lento y doy con algo en el suelo que suena fuerte.

Oigo pasos. Respiraciones fuertes. Presiento que hay movimiento.

Vaya, parece que los has despertado.

¿Los he despertado? ¿A quiénes?

Me detengo y agudizo mi audición. Al parecer no estoy sola en esta oscura sala, y no tengo idea de quién o qué está conmigo. Pueden ser merodeadores, ahogados o personas como yo.

Por cuestiones de supervivencia, o desesperación, palmo mi traje en busca de algo con qué defenderme. No hay nada. Y usar mis puños en contra de un ahogado es inútil; son seres brutos que arañan y muerden todo.

Vamos, chica, haz algo que me comienzo a aburrir.

Decido retroceder hasta que mi espalda golpea una pared y avanzo apoyada en ella.

Paso, paso, paso. Mis movimientos son lentos y cautos, procuro no emitir algún sonido que alerte a quien demonios esté en la sala. Revisaré el perímetro caminando de pared a pared. Extiendo mi brazo y doy pasos inseguros. La presión me sube y empiezo a sudar. Trago saliva con dificultad.

Jamás le temí a la oscuridad, me reía de Dan cuando se meaba encima por las noches por el pavor que esta le causaba y decía que eso de los terrores nocturnos eran una completa mierda. Vaya mierda. Ahora entiendo qué le causaba. No hay temor más grande que el miedo a lo desconocido, a lo que no podemos ver pero que está presente.

Una respiración aguda se cruza en mi camino.

Gruñidos despiertan el silencio de la sala.

Doy un paso atrás.

Lo he tocado. He sentido al merodeador.

¡Eso esssss! ¡Acción! ¡Me encanta!

Más gruñidos desesperados. El merodeador tampoco puede verme y parece que me busca.

¿Cómo se supone que voy a defenderme de esa cosa?

Otro gruñido. Esta vez uno más rasposo y salivoso.

Son dos.

Ah, por cierto, la llave se mueve.

No me jodas. ¿Cómo que se mueve?

Retrocedo y paro cuando mi espalda da contra la pared.

Necesito pensar, y rápido.

¿La llave se mueve? ¿Qué significa eso?

No puede moverse en el suelo porque emitiría un tintineo que en ningún momento he escuchado. Así mismo descarto la idea de que cuelgue de la pared.

Tal vez la tiene algún merodeador.

O quizás cuelgue del techo.




Uff... Salvaron a Eva de una muerte segura. Pero ¿podrán salvarla de esta prueba? :)

¿Qué debería hacer?

A) Atacar a los merodeadores.

B) Buscar en el aire tratando de evitar a los merodeadores sin atacarlos.

P. AWhere stories live. Discover now