P. A

Capítulo 9: "¿Quién demonios eres tú?"

El bosque es más espeso de lo que aparenta. Las ramas de los árboles no permiten que la luz de la Luna se adentre entre sus ramas y hojas, pero corro la suerte de que mi visión se ha acostumbrado un poco a la oscuridad.

De aquí en adelante mis pasos deben ser cautelosos, no emitir demasiado ruido.

Me adentro por un sendero invisible, atravieso la maleza. Aún puedo escuchar el silbido de las gargantas de los merodeadores en busca del aire que no recibieron en vida, por lo que necesito meterme más en el bosque para que ninguno me tome por sorpresa.

El problema que tengo es que la mascarilla y este horrible traje no permiten que me mueva por la hierba con facilidad, por el contrario, dificultan mis pisadas y ver a qué me estoy metiendo.

Tal vez debí ser más recatada con mis palabras, así Gael no me hubiera dejado a mi suerte.

Yo y mi bocota siempre hemos tenido problemas.

Bueno, no tanto desde que aprendí las consecuencias de hablar cuando a los instructores no le parecía. Una palabra y el castigo era correr alrededor de todo el campo hasta que a uno de los instructores le apeteciera que pararas.

Esas maratones disciplinarias trituraron mis pies.

Aunque, si lo pienso bien, de no perderles el gustito seguro no estaría tan cansada ahora.

Viéndolo así entiendo por qué esos ancianos del refugio creen en el destino y sus hilos. Sus historias sobre cómo todo está escrito con el fin de un desenlace mayor me llamaron la atención los primeros meses que llegamos. Decían que el virus culminaría en una vida mejor, un nuevo orden, una nueva mentalidad.

Han pasado tantos años de eso...

—Oye, Larry...

Me detengo y agacho mi cuerpo a la altura de la maleza.

¿Qué ha sido eso?

¿Hay alguien por el bosque o es pura imaginación mía...?

Escucho un crujir pesado de ramas a mi espalda.

—¿Los viste pasar, Larry?

La voz está a mi espalda. Es la de un hombre.

Si me giro ahora... ¿podrá verme?

—Pasaron solo dos, los demás deben estar arriba.

El sujeto me está hablando a mí. En mi jodida y sudada espalda. Debe confundirme con ese tal Larry, de lo contrario —y más probable— me habría pegado en la cara.

—Shh... —le callo.

—Que se calle tu puta madre. Si logramos seguir a los dos bastardos que faltan podemos llegar a su refugio y...

Le hago señas para que guarde silencio. O baje la voz. ¿Es que no sabe que justo a unos metros de nosotros hay merodeadores y ahogados?

Un momento. ¿Ha dicho refugio? ¡Habla de nuestro refugio! Nos tienen echado el ojo desde que llegamos. Si llega a enterarse que yo formo parte de ese refugio, estaré acabada; me usará como moneda de cambio.

Otro ruido. Esta vez se escucha a unos metros.

—¿Peter?

—¿Larry? Si tú estás ahí... —La mano pesada del tal Peter me petrifica— ¿Quién demonios eres tú?

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Nuestra Eva en problemas, como siempre. ¿Llegará un momento en que nuestra novata encuentre paz? Seguro que sí, cuando esté muerta. xD

Si muere, depende de ustedes, así que es hora de votar:

¿Cómo debería actuar Eva?

A) Huir 

B) Encarar a los dos hombres y buscar negociar