No había tiempo ya

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No logró grandes avances.


Esa mañana despertó temprano. Estaba algo estresado, pero no demostraba nada de todo lo que lo preocupaba. Quizás a la noche lograría, por algún milagro, terminarlo todo... Pero por ahora debía ir a buscar a la rubia problemática que debía estar por llegar. Se le hacía tarde y probablemente ella no lo esperaría en la entrada si resultaba que él no estaba ahí.

Cerró la puerta de su casa balbuceando un «Mendokusai». El invierno estaba siendo frío este año.

Llegó a las puertas de la aldea cuando ella venía llegando también.

—¿Otra vez te quedaste dormido? —sonrió ella.

—Bastante trabajo.

Él intentaba disimular que no estaba abrumado. 


Comenzaron a caminar. 

Durante el camino hacia la torre del Hokage se limitaron a hablar las cosas rutinarias de siempre. Él le preguntó a ella como estaban sus hermanos, y ella le pregunto a él como se encontraba su madre y la pequeña Mirai.

Sin duda, él ignoraba la nostalgia que se teñía de color gris al interior de la mente de ella.

Se presentaron con el hokage y bajaron al salón para avanzar.

Intercambiaron los informes y cada uno leyó el documente que se intercambiaron, se hicieron preguntas, y pasada gran parte de la mañana comenzaron finalmente a escribir y a unirlo todo.

De vez en cuando ella lo miraba, disimuladamente. Tenía pena de pensar que quizás ese sería el último día que trabajarían juntos. Le agradaba trabajar con él últimamente, ya no resultaba ser tan vago e irresponsable. La guerra, sin duda, lo había cambiado. Puede que empezara a hacerlo de mucho antes en realidad. Y por supuesto, ella tampoco era la misma ya. El deber seguía siendo un pilar fundamental, no estaría comprometida si no, pero al menos se dedicaba a disfrutar un poco más. Ya no miraba a cada rato el reloj. Sonrió.

—Bien —Shikamaru corrió la silla y se puso de pie —Ya es hora de comer —apuntó el reloj.ella asintió.

Él caminó hasta donde había dejado los almuerzos y los tomó. Se dio vuelta y vio que ella seguía en su lugar. De pie, pero en el lugar.

Ambos se miraron fijamente.

—Vayamos arriba —pidió ella.

Hubo un silencio.

Shikamaru pensó que había entendido mal y le preguntó otra vez para que ella confirmara. Sí, ella quería ir a la azotea del edificio. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la ultima vez? Como año y medio, seguramente... o mucho más.

—¿No tendrás problemas?

Ella sonrió tristemente.

—No podría no comer en la azotea hoy —caminó hacia donde había dejado sus cosas—. Además... —lo miró— No voy a dormirme.

Él sonrió de lado. La vio tomar su abrigo y comenzar a ponérselo, así que él también fue por el suyo.

Ella estaba tan emocionada que para él fue obvio lo mucho que había querido hacer eso hace tiempo y se lo había impedido. Esa mujer problemática, todavía preocupada de no meter la pata. Bueno, él le había dado bastantes problemas ya a su compromiso.

—Me aseguraré de que no te duermas esta vez.

Ella sonrió.

Salieron de allí y subieron por las escaleras hasta el último piso. Shikamaru abrió la puerta y ella pasó primero.

¿Es que vas a rendirte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora