¿Qué haces aquí?

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Entonces ella se había casado. Su cabeza no había dejado de torturarlo.

Shikamaru ahora era la mano derecha del hokage, y habían logrado formar un departamento propio de ciencias, que ya contaba con su propio director. Él ya no tendría que preocuparse por eso. Y es que... ¿En qué había estado pensando? Como si por encontrar la solución al agua, ella fuese a romper el matrimonio. Bien. Suspiró. El ánimo apenas le daba para hacer algo que no fuera trabajo. Era mas fácil si se concentraba en algo para no pensar en ella.

Pero vivía atormentado.

Ahora que llegaban al lugar de las reuniones, sentía que extrañaría a ella no verla ahí.

—¿Es en el segundo piso?—preguntó Kakashi.

Los otros dos asintieron. Era la primera vez que Kakashi iba a la reunión. 

Los tres comenzaron a subir.


* * *


Shikamaru pausó la apertura espacio-temporal.

—¿Por qué no estas viendo la historia?

Shikadai tenía la mano completa en la cara. Miraba hacia el piso, y meneaba la cabeza de un lado a otro.

—¿No estás feliz de saber que tu madre no se casó? creí que estarías feliz.

Shikadai levantó la vista para mirar a su padre.

—¿Es en serio?—frunció el ceño.

Shikamaru levantó sus cejas.

—¡¿Iwake fue quien evitó que mamá se casara?! ¡¿Fue él y no tú?!

Shikamaru también frunció el ceño.

—Tú madre lo venía pensando hace rato.

—¿Sí? ¡Porque no fue lo que yo vi!

—Pero fue lo que ella me dijo a mi.

—¿Y le creíste?

—¡Por supuesto que le creí!

Ambos Naras se miraron molestos.

Se miraron en todo momento.

—Tus tíos hablaban continuamente con ella.

—Pero fue con él con quien decidió hacerlo al final.

—Porque supo que sus hermanos apenas comenzaban a pagar por los arreglos el día anterior.

—¡Pero se lo dijo Iwake y no tú!

—¡¿Y eso que importa?!

—¡Que debiste ser tu!

—¡¿Por qué?!

Shikadai lo miró molesto.

—¡No podía ser yo! Tenía mi propio caos interior. ¡¿Qué importa que haya sido él?!

—¡Tenías que ser tú y no él!—frunció el ceño— Ella te amaba a ti. ¡Lo quería oír de ti!

—Pues simplemente no pudo oírlo de mi! —se cruzó de brazos y frunció el ceño.

Shikadai miró hacia otro lado, bastante enojado.

 ¡¿Cómo es que su mamá no había terminado con Iwake?! En eso se volteó a mirar a su padre otra vez.

—¿No la vas a querer ver?

—¿Cuanto falta para se lo confieses a mamá?

—¡Oye! ¡Ella pudo habérmelo confesado a mi también! ¿No crees?

¿Es que vas a rendirte?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt