No, claro que no

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A la mañana siguiente, los tres hermanos se fueron no tan temprano. 


Después de despedirse en la puerta, de sus dos escoltas del día anterior, mas otras tres personas, los tres reanudaron el largo viaje que les aguardaba hasta Suna.

Cada uno, ocupando la mente en sus propios dilemas. Gaara se veía más aliviado.

—La aldea de la arena no hará un regalo grandioso a Naruto —sonrió. Se sentía bien de haber resuelto el problema.

—¡¿Que?!—Kankuto volteo a mirarlo. ¡¿Era en serio?! ¡¿Primero el baile y ahora eso?!—¿Por que?!

—déjalo terminar —agrego la rubia.

—Le daré un regalo personal. Creo que eso le gustará mas a Naruto.

Y Kankuro confirmó sus sospechas. ¡Su hermano no bailaría ni treinta segundos para esa boda! ¡Y pensar que podrían haberle ganado a los de la Nube!

Temari iba pensando sus propias cosas en la cabeza.

—Es lo mejor—sonrió—creo que lo solucionamos todo.

—Se te ve bastante contenta, Temari—Gaara la miró, y luego sonrió. ¿Hace cuanto no veía a su hermana tan contenta? Le había hecho bastante bien salir a compartir con el equipo diez.

Pero a ella se le apretó todo el estomago.

—¡¿eh?! ¿No es cierto!—¡Si había sobrevivido a ser descubierta la noche anterior, no echaría a perder el avance obtenido!— ¡Lo raro es que Kankuro esté tan deprimido!—apuntó a su hermano.

Kankuro seguía pensando en lo grandioso que hubiera sido el regalo si Gaara lo hubiera dejado a cargo.

—Es normal—Gaara se quedó pensando un momento— el había sugerido hacer algo grandioso.

Se alegraba de que esta vez los rumores no la hubieran afectado. Y mejor aun, que estos no hubieran llegado.

—Me parece bien —balbuceó el otro triste—, pero es una pena que no destaques mas.

Él lo habría hecho destacar. Y con ese baile de Gaara al final...

—Todavía hay esperanzas—agregó Temari levantando sus dedo indice—, Gaara todavía puede bailar como amigo suyo.

—Claro que no—sonrió el otro.

Y los tres continuaron su camino a Suna.

Ella mucho mas contenta que los otros dos.




Habían pasado unos tres días, e Iwake volvía a presentarse en la oficina del kazekage después de un largo viaje.

—Gracias. Con eso será suficiente. ¿Comerás con nosotros para hacer el proceso de contabilidad?

—No será necesario. Ya lo tengo hecho.

Gaara se quedó extrañado. Era la segunda vez que Iwake lo traía terminado.

—Aquí está.

—¿Puedes llevárselo a Temari?

Con el mismo desánimo asintió.

—Claro.

—¿has hablado con Temari?

Iwake levantó la vista para mirar al kazekage.

—¿Necesita que le lleve algún otro mensaje?

¿Es que vas a rendirte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora