「𝐆𝐞𝐭 𝐘𝐨𝐮 𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧🌙」ˢᵃⁿʷᵒᵒ

☪ ᴛᴇɴ 𖤓

El reloj marcaba exactamente las dos de la tarde, la sala estaba rodeada por juguetes y en medio de encontraba el pequeño Yunho, Hongjoong lo observada desde el sofá, amaba ver a su lindo hijo.

—Papi... —Yunho giro a ver a su padre regalándole una adorable sonrisa.

—Hola, bebé... —se acercó al menor y empezó a dejar mimos en el rubio cabello. Yunho levanto su rostro y lo vio fijamente.

Hongjoong sonrió, los ojos de Yunho eran igual a los de su padre, siempre que los veía le recordaban a él.

Y ahora ese chico estaba de regresó en wave.

El timbre de la casa sonó, el omega tigre se levantó, Wooyoung llegaría a visitarlos esa tarde así que pensó que era él, pero cuando abrió la puerta se encontró con el que menos quería ver, frente a él estaba Mingi, quien lo observaba con ternura.

— ¿P-por qué está aquí, hyung...? —

—Hongie déjame entrar, necesito hablar contigo... —Mingi veía para todos lados, con el miedo de que alguien lo viera, Hong se dio cuenta de eso.

—E-está bien, entré... —se hizo a un lado dejando entrar al más alto.

—Gracias... —el pelinegro pudo respirar tranquilo, se encontraba a salvo. —Espero tu "esposo" no se enoje por mi visita. —

—M-mi alfa... —Hong estaba demasiado nervioso. —E-él no se encuentra en casa. —

—Hongie lo sé todo, ya no me mientas, sé que no tienes esposo y vives solo con Yunho. —Mingi trato de toma la mano del pelirrojo, pero este la alejó de inmediato.

—Si es verdad, si solo vino por eso, ya sabe la respuesta, ahora puede irse... —

—Tenemos que hablar... —

—No tengo nada que hablar con usted, Mingi Hyung... —

Los dos se vieron, un incómodo silencio se había formado.

Honjoong veía al chico frente a él, quería decirle lo mucho que lo extraño, pero las palabras no salían de sus labios, estas solo se perdían en sus pensamientos. Mingi solo quería acercarse y abrazar el pequeño cuerpo de Hong, deleitarse con el aroma a cereza y besarlo, pero el omega apenas le dirigía la palabra.

— ¡Gigi! —el tierno grito de cierto bebé se escucho, interrumpiendo aquel silencio incomodo que se había formando entre los dos mayores.

Yunho llegó junto a Mingi y con emoción abrazo la pierna de este.

—Hola pequeño... —el pelinegro se inclinó y cargo al menor, este de inmediato colocó sus bracitos rodeando el cuello de Mingi. — ¿Cómo estás? —

—Yunnie está bien... —Yunho vio con ojitos brillosos a Mingi. —Jugar... —

—Yunnie, él no tiene tiempo para jugar... —