A la Fuerza (Jacob Elordi y Tú)

CAPITULO 10| CÁRCEL

Toqué el claxon a propósito para que Evelyn saliera a ver aunque yo ya tenía el carro en marcha.

El muchacho presionó el arma sobre mis costillas y pude sentir el frío de la muerte.

- QUÉ CREES QUE HACES EH? CREES QUE BROMEO? CONDUCE Y ACELERA!!!-- gritó.

Me obligó a llegar al bosque de la ciudad, en donde no había nadie. Conduje alrededor de 30 minutos.

Bajé del auto y me hizo caminar con el detrás de mí.

- No sé quién te haya enviado pero cometes un error.-- le dije con miedo.

- tú no sabes nada.

- Eres muy joven para dañar tu vida de esta manera, deja el arma ya.

- TÚ NO SABES NADA!!! VOY A GANAR MUCHO DINERO CON ESTO! PODRE SACAR A MI PADRE DE LA CÁRCEL. TENGO QUE MATARTE! ENTIENDES!-- gritaba aquel joven y yo muy despacio logré voltear para verlo.

-¿cuánto te pagan? Yo te lo puedo dar. Tengo 16 mil dólares y serán tuyos si lo deseas.

- Mientes!

- Te lo puedo jurar. Ahora no tengo el cheque conmigo pero puedo mostrártelo si me permites regresar a casa.

- Crees que soy un imbecil? Es mentira. Tengo que acabar contigo.

En ése momento escuchamos disparos lejos de nosotros y entonces una voz irrumpió: "___________" "_____________";era Jacob gritando mi nombre.

Mi corazón saltaba de alegría, mi héroe había venido a rescatarme.

- Si te encuentra te va a matar, vete muchacho, corre por tu vida-- dije en voz alta y él tuvo miedo-- Hazme caso, si él te ve aquí es capaz de matarte. Vete, huye. Vamos!!

Volvimos a escuchar su voz pero estaba vez más cerca.

-Que esperas! Corre!!-- le dije y lo vi, Jacob apareció detrás del chico y apuntó hacia él desde lejos. Rápido me puse en medio para que no le hiciera nada.

Abrí mis brazos para impedir que le disparara. El joven se echó a correr y yo corrí hacia los brazos de Jacob.

No pude evitarlo, fui hasta él para abrazarlo fuerte, muy fuerte y él correspondió.

-¿por qué me dejaste?-- le dije llorando-- ¿por qué lo hiciste?

Preguntaba y él solo me abrazaba fuerte.

Después de esos segundos de cariño sin palabras, él me tomó la mano.

-¿estás bien?-- me inspeccionó con la mirada.

- Si!

- Nos vamos-- quiso llevarme pero no avancé

- ¿a dónde?

- dónde quieres ir?

- A cualquier lugar, pero si es contigo?-- dije y él bajó la mirada.

Apretó mi mano y me llevó.

El camino que tomaba su auto, no era el de casa o el de alguien que yo conociera.

Cuando el viaje terminó, llegamos a una casa de madera muy bella a la orilla del mar. Era preciosa la vista.

Abrió la puerta principal y por dentro, aquella vivienda era aún más preciosa.

- Es muy hermoso aquí. ¿Es de Nahum?

- Es mía! Aquí vengo cuando estoy triste, enciendo la chimenea y todo se soluciona.

- ¿y ahora estás triste?-- me paré frente a él