CAPÍTULO 17| EL ASESINO

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Al día siguiente, no podía ver igual a Jenny y a Nahum. Sabia de la mentira que ocultaban y eso me causaba incomodidad, pero esa misma mentira ahora la escondía yo y me estaba convirtiendo en uno de ellos.

Salí a terminar de beber mi taza de café de la mañana y me sorprendió Nahum.

- Mi casa tiene una vista hermosa ¿no es así?-- dijo detrás de mí y ni siquiera me esforcé por verlo a los ojos.-- Parece que ahora te sientes la señora de la casa por saber lo que sabes-- con eso volteé a verlo.

- Si le molesta que esté en el jardín, entonces iré a mi cárcel-- dije y al querer irme me detuvo agarrando mi mano. En seguida salí de ese agarre-- No me toque!

Él se sorprendió de mi reacción y hasta sintió vergüenza

- Mire Señor Doumet, yo no soy santa de su devoción, ni usted es de la mia. Los dos no nos soportamos pero para nuestra mala suerte, nos une Jacob que tanto para usted como para mi, es una persona especial. Así que tratemos de llevar la fiesta en paz.

- Con cuánta sabiduría hablas ahora. Imagino que ese es el regalo de la herencia ¿no?

-¿de qué habla?

- oh vamos! No finjas conmigo! Crees que te vas a quedar con todo por ser la mujer de mi único hijo.

-¿qué???-- pregunté ofendida

- Caminas por mi casa con aires de superioridad. Ahora hasta sales a tomar aire en mi jardín cuando antes no salías del cuarto.

-¿y eso le hace pensar que quiero su dinero?

- Se que jamás lo aceptarás pero sé que así es.

- Mire señor Nahum, le voy a advertir que ni me importa su dinero ni me gusta su casa. Si salgo a tomar aire es porque adentro me asfixia todo y si sigo aquí es solo porque Jacob no quiere alejarse de su familia, eso es todo.

- Tu puedes decir lo que quieras _________, en el fondo sabes que no te creo. Ahora que eres la dueña de esta casa crees que tienes poder.

-¿pero qué dices Nahum? ¿Dueña de esta casa?-- dijo Hellen apareciendo como un fantasma. Su presencia nos sorprendió a ambos pero mucho más a Nahum. Aproveché el momento para agobiarlo.

- Vamos señor Nahum, explíquele a su hermana eso de que aparentemente yo soy la dueña de la casa.

- Nahum, ¿qué es eso? De que cosa hablabas?-- Hellen se sentía mal con lo que había escuchado y disfrutaba verla así.

- Los dejo para que conversen.-- dije y salí de ahí.

Entré a la casa por la puerta de la cocina, dejé la taza de café y en seguida subí las escaleras corriendo para echarme a llorar.

Vivir en esa casa es un infierno.

Abrí la puerta del cuarto y me eché a la cama a llorar. Hundo mi cabeza en las almohadas para que no se escuchen mis gritos de desesperación. Quisiera tanto vivir con gente normal.

De repente, escucho que la puerta del baño del cuarto se abre y me asusto. Era Jacob que no se había ido.

-qué pasó? -- preguntó y rápido me puse de pie y sequé mis lagrimas.

- Nada. Todo está bien.

-¿bien? Llorabas ¿por qué?

- No amor por nada-- dije sonriendo acercándome a él para disimular pero la sonrisa se me apagaba y bajé la mirada.

Se acercó a mi preocupado y me tocó el rostro.

- ¿qué pasó? ¿Te hicieron algo?-- negué con la cabeza-- entonces dime ¿por qué lloras?-- dijo

A la Fuerza (Jacob Elordi y Tú)Where stories live. Discover now