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Luego de saber que Sanji estaba enfermo pero, de no conocer su enfermedad, en el barco la mayoría cambió un poco su rutina y algunos se apuntaron para apoyarlo aunque él renegara de eso, por ejemplo Robin copió el horario matutino del rubio y empezó a levantarse a las 5 am para ayudarle con los preparativos y por mucho que Sanji le rogaba que no lo hiciera ya que afectaría su belleza, ella insistía. A todas las horas de las comidas, Nami le apoyaba con poner la mesa y ayudarle a servir, y a la hora de terminar, Usopp se prestaba para la limpieza de la cocina.

Así mismo Zoro y Luffy cumplían con lo único que podrían hacer, ¡No hacer destrozos! O no molestar con tratar de sacar algo de la cocina sin permiso, Franky le apoyaba con la limpieza del baño y Brook con lavar la ropa mientras Chopper por ser un caso extremadamente raro, pedía verlo cada 3 días para examinarlo.

Y todo pareciera ir sobre ruedas sin embargo, entre el par Zoro/Sanji las cosas no estaban tan bien; Zoro de la noche a la mañana comenzó a rechazar la presencia del rubio en todo y aunque Sanji estaba en sobre aviso por el renito, le dolía y fue en uno de tantos días ignorándolo que por fin lo encaró.

Al tocarle el hombro para brindarle su bocadillo vespertino, el espadachín se sacó de tal manera que lo hizo enojar.

— ¡¿Que rayos te pasa?! — expresó el rubio sosteniendo la charola en su mano, a como siempre. — Es como si pensarás que te contagiaré. — insistió.

— Solo no me toques. — Zoro de plano demostraba la repulsión misma que Sanji ya había notado. Lo máximo que el espadachín toleraba sin tocarlo eran 4 días y, ya tenían 14 días sin sexo, eso simplemente estaba fuera de lugar. Al principio pensó que se controlaba por la situación tan extraña en la que estaban pero, ahora con ese actuar no le quedaban dudas, Zoro estaba repeliéndolo.

— Puedo saber ¿A que se debe el cambio de actitud? — no se quedaría con la duda, con la mirada fiera estancada en su pareja, exigía respuestas.

— No lo sé, solo no te me acerques, no me interesas por el momento.

— ¿Por el momento? — mencionó alanzando su ceja, pronunciando su rizo. — ¡Explícate, marimo de mierda!

— No tengo nada que explicarte, ¿Si? Me desagradas es todo. — Zoro detuvo los movimientos de ataque con sus pesas, las dejo de lado y tomó su toalla manteniendo su rostro cubierto con la misma. — No significa que te abandonaré en tal situación, es solo que por el momento me resultas... intolerable. — agregó manteniendo la cabeza mirando al suelo y la toalla sobre la nuca cubriendo su semblante.

Sanji no alcanzaba a entender porque le decía eso, pero definitivamente le estaba provocando el patearlo y Chopper nunca le había mencionada nada de no hacer ejercicio, dejó la charola en donde usualmente dejaba los bocadillos y con toda la tranquilidad característica tomó impulso y le dio tremenda patada que lo lanzó contra la baranda del barco, meciendo el mismo.

Y Zoro sabía bien que eso pasaría por lo que solo se dedicó a recibir las patadas del rubio, no se atrevería a defenderse si eso ocasionaba la perdida de su hijo... ¡Su hijo! Continuaba con la negación a ese hecho tan importante e impactante en su vida, ¡Un hijo con Sanji! Algo imposible y así mismo verídico que le ocasionaba muchas confusiones y la mas importante y principal por el momento: No comprender el porque el cocinero ahora le resultaba desagradable si su aroma continuaba siendo dulce, al grado de embriagarlo e inyectarlo con las enormes ganas de saltarle encima, desnudarlo y literal, hacerle otro bebé; continuaba siendo el mismo la única diferencia era su vientre que se notaba solo poniendo extrema atención en el mismo, tal vez era eso el embarazo del cocinero, cualquiera fuera el caso, por el momento no quería ni verlo, lo repudiaba.

Y Sanji se sentía en el abandono por lo que lo transformó en ira que se veía en cada patada; gracias al alboroto los demás corrieron hasta donde era el ring oficial de ese par y el más asustado y sorprendido fue el renito que se transformó para poder controlar la situación. Sujetó al rubio en una mano y al espadachín lo dejo en el suelo, donde Sanji recién lo aporreó dejándolo sin aliento, Robin se aproximó a revisarlo, tenía meras heridas superficiales.

Candy Cotton BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora