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--> Muy bien, les dejo la continuación de esta historia recordándoles que ahora sí, ya va al corriente en Ao3, sin más, les dejo para que lean. ¡Saky, muchas gracias por tu paciencia! (Si, es mas que mi beta, me ayuda cuando se acaba la inspiración jijiji) <--


— ¡Chicos! ¡Isla a la vista! — gritó el carpintero que montaba guardia; por extraña razón la noche anterior ni Zoro ni Sanji estaban en el nido del cuervo, y en ese instante se encontraban durmiendo en la litera del rubio, tomando la siesta obligada y ya establecida del cocinero, el sueño permanecía como la molestia que se negaba a marcharse y ahora, de vez en cuando se les veía dormidos juntos.

Nami se asomó y sonrió al ver la porción de tierra, el clima resultaba agradable, verano, pero con una brisa que a la distancia, calmaba un poco la sensación del calor, quien mejor que la navegante para percibir todo eso. Robin se asomó sumándose al cuadro, y de pronto, casi todos los mugis estaban a la espera de poder llegar y atracar.

— ¡Esperen todos! — gritó la navegante. — Esta no es una aventura, ¿De acuerdo? Se trata de conseguir provisiones y sobre todo, las vitaminas de Sanji-Kun. — mencionaba. — Por favor, traten de mantener un perfil bajo y lo digo por ti, Luffy, no queremos salir corriendo sin tener lo que necesitamos.

— Oye, yo nunca causo alborotos, — respondía el capitán poniéndose su sombrero. — Solo busco aventuras.

— ¡Eso es causar alboroto! — le imperó mostrándole los colmillos. — Bueno como sea, Robin tiene una recomendación que hacerles.

La arqueóloga bajó las escaleras y se aproximó a todos, susurrando les dio su idea.

Sin excepción asintieron mientras sonreían; en una oportunidad Franky se aproximó a Nami y con movimientos de manos que señalaban la baranda del Sunny mientras con sus piernas daba pequeños pisotones y muchos movimientos dramáticos extras, obtuvo un pequeño saco que le entregó en una de las manos extras a partir de las propias. Luego le agradeció con su típica pose y se dirigió al timón a esperar a llegar hasta el muelle.

Mientras Usopp se aventuró a despertar al par Zoro-Sanji, bueno, trío Zoro-Sanji-Bebé sobre todo porque en serio, lucían tan amorosos al dormir que no se atrevían a despertarlos de modo brusco; Sanji estaba completamente de lado, escondido en el brazo de Zoro, abrazándolo incluso con la pierna y babeando, demostrando que realmente dormía con tranquilidad. Ni hablar, estaban por atracar y necesitaba despertarlo.

— Sanji, — susurró mientras le sacudía con delicadeza el hombro. — Sanji, despierta... — insistía imponiendo un poco mas de fuerza. — Sanji, atracaremos pronto. — pero el rubio se negaba a abrir los ojos.

Cambiando así de estrategia, si no despertaba el rubio, Zoro sí tendría que abrir los ojos. — Zoro... — susurraba tocándole el bíceps. — Zoro, despierta, atracaremos en unos minutos...

Y con él sí hubo respuesta. — No molestes. — no una positiva.

— Vamos hombre, estamos por atracar y necesitamos que Sanji despierte para saber que se necesita abastecer. — se enfurruñó el moreno.

— Muy bien, dame unos minutos y ahorita los alcanzamos. — respondió Zoro luego de bostezar.

Usopp salió luego de tomar algo de su casillero; apenas fue así Zoro se enderezó con cuidado, primero limpió la baba sobre su pecho, luego la de Sanji de su barbilla para después, apretarle las mejillas.

— Ey, cocinerucho, despierta, estamos por atracar. — mencionaba moviendo el rostro del rubio de un lado al otro. — ¡Vamos cejillas! — agregó apretándole la nariz impidiéndole respirar.

Candy Cotton BlueOnde as histórias ganham vida. Descobre agora