El chaval se acuerda de que tenía que ir a su siguiente clase, sobre la asignatura de Condición Humana, así que empieza a alejarse de la puerta a la vez que gira el cuello y la cabeza (raro sería que giraran el uno sin el otro). Nola, al ver que el chaval se aleja de esa forma, le pregunta:
—¿Odi, qué buscas?
—Pues la dirección de la próxima clase.
—Ah, es verdad, tiene sentido. Ya ni me acordaba de que seguíamos teniendo clases.
—Muy bien, Nolabelda.
—Jajaja, me lo tengo merecido. ¿Tú eres del Grado de Filosofía Vespertino?
—Sí.
—¡Qué bien! Yo también. O sea, que nos toca Condición Humana en el aula 3-E22. Si quieres te guío, que creo que sé dónde está.
—¿Seguro?
—A ver, seguro, SEGURO, no sé nada en este mundo, excepto que no te gusta que te llamen Odi Tafriclio.
—Lo de Odi Tafriclio es cierto, y la verdad es que no me queda otro remedio mejor que tú para ir a la siguiente clase, así que vamos. —No sé si son los mejores argumentos, pero me alegro de su conclusión.
—Jajaja, no sé si son los mejores argumentos, pero me alegro de tú conclusión. —¡Así se habla, reina! Esta Nola me está empezando a caer cada vez mejor.
—Ya veremos si era buena la conclusión cuando lleguemos.
Empiezan a recorrer la universidad en busca de la clase. La estructura arquitectónica de la Universidad Sarapapio de Aguís (no sé de dónde sacarían ese nombre) recuerda al juego de Toboganes y Escaleras, pero sin toboganes (aunque espero que en el futuro tengan pensado ponerlos; reflexionar sobre imperativo categórico de Kant, mientras desciendes por un tobogán, es un buen ejercicio para fortalecer cuerpo y mente). Los pasillos son como las casillas y, según se van recorriendo, se encuentran escaleras flotantes a los lados, de esas que son enemigas de las faldas. Y, en ocasiones, en lugar de las escaleras flotantes, hay pequeños jardines interiores.
Tras varios minutos recorriendo los pasillos, Odi dice, un poco desesperado:
—Buah, no vamos a encontrar la clase a tiempo, faltan tres minutos para que el profesor ya no deje pasar a nadie.
—Aún no se ha acabado el tiempo, así que no seas negativo, como el que le puso nombre al interruptor de la luz.
—¿Como el que le puso nombre al interruptor de la luz?
—Claro, como el que le puso nombre al interruptor de la luz. ¿Alguien más quiere decir "como el que puso nombre al interruptor de la luz"? —pregunta Nola a la nada, bromeando, al ver que no paraban de decir esa frase, y el chaval se ríe—. Bien, entonces lo explicaré. No sé quién fue el que le puso nombre...
—¡En serio! ¡Después de decir mil veces la frasecita que no volveré a repetir!
—¿La de "como el que le puso nombre al interruptor de la luz"?
—¡Aaahhh! —grita, llevándose las manos a la cabeza, exagerando la situación, un poco por estar harto de la frase y otro poco por seguir con la broma.
—Jajaja —a Nola le hace gracia la mecha tan corta que hace estallar al chaval—, solo tienes que esperar a que acabe de explicarlo.
—Vale, perdona.
Nola pone exactamente cara de "mira tú qué tierno ha pasado de cerbero flamígero de tres cabezas a osito mimoso achuchable en dos segundos".
—No pasa nada. Proseguiré, pues. El caso es que no sé quién le puso nombre, pero lo que sí sé es que el interruptor interrumpe la corriente tanto como la conecta. Así que lo podía haber llamado tanto "conector", un término mucho más positivo, como "interruptor", que suena mucho más negativo. Y va él y lo llama "interruptor", es como si al perro, en vez de llamarle "perro", le hubiésemos llamado "cagarse en la alfombra".
—Vale, entiendo. ¿Y cuándo dices que llegamos a la clase?
Mmm, parece que la parte del cerebro, esa que habla tan mal, le sigue impidiendo disfrutar de su tiempo con Nola, porque, normalmente, esos comentarios graciosos y originales le suelen gustar más de lo que ahora está dando a entender. Y tampoco le suelen interesar tanto los estudios. Es más, si el chaval fuera un personaje de una peli teen americana, sería uno de esos que se pasan las clases fumando bajo las gradas del campo de fútbol.
—Pues debería estar a la vuelta de la esquina, en: tres, dos, uno... —Entonces doblan la esquina y—: Fuck —es un jardín.
—Mmm, salvo que la universidad haya establecido un nuevo sistema de clases sorpresa y nos haya tocado botánica, o al profe de Condición Humana le guste dar las lecciones subido a un pedrusco y con un palo, en plan Moisés, creo que este jardín no es el aula 3-E22. —Le gusta el sarcasmo al chaval, ¿eh?
—Hubiera jurado que estaba aquí. Lo siento.
—No pasa nada. Yo también tengo parte de la culpa, debería saber dónde está la clase. —El chaval reconociendo culpa, con lo orgulloso que es, no deja de sorprenderme. Como el día en el que me di cuenta de que Tetris con las sílabas al revés da "Triste". Me puso triste...
—A veces sueltas unas tonterías, Narra.
—No me interrumpas, chaval.
—Como tú.
—No es lo mismo.
—Claro, lo tuyo siempre es mejor.
—Déjate de sarcasmos y ponte a lo tuyo.
—Sí, mejor...
Tengo que averiguar cómo se quita la opción de que el chaval me pueda interrumpir.
—¿Entonces qué hacemos? —pregunta Nola, que al parecer no se ha enterado de nuestra discusión entre susurros.
—Habrá que esperar a la próxima clase.
—Puff, quedan casi dos horas para la próxima clase. Podríamos hacer el Día del Fresco.
—¿Qué es eso?
—Así es como llama un amigo mío a saltarse las clases.
—Qué amigo más raro.
—Prefiero decir que es genuino.
—Si tú lo dices... Pero prefiero esperar las dos horas, no quiero perderme clase.
—Vale. Nos podríamos quedar en este jardín tan chulo, ya que estamos.
—Supongo que no hay otra opción.

KAMU SEDANG MEMBACA
Relación de Armóh (completo ✔️)
Romansa(Se tarda 1 hora y media aprox. en leer la parte 1) El tiempo ha avanzado y ha habido cambios, como una nueva red social llamada Netdeo o que ahora Harry Potter forma parte de Los Avengers. Aunque hay cosas que no cambian, sigue habiendo personas qu...