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Narrador omnisciente: La chica caminaba sin rumbo, ahora mismo no le importaba nada que la estuvieran buscando o no. No le importaba si se perdía o si no volvía más.
No le importaba nada.
Se sentó para admirar el paisaje. Bosque, árboles y silencio. Era precioso.
De repente, aparecieron Thestrals. Una familia entera... -Hola pequeños...- dijo la chica sin moverse.- Veo que buscáis comida...
Analizó el lugar, y vio las hojas perfectas para ellos. Se levantó con cuidado y las recogió. -Tomar.- dijo entregándolas.
Las criaturas inmediatamente fueron donde se encontraba el alimento. -Si cree que no está hecha para el cuidado de las criaturas mágicas, se equivoca señorita Rymer.
-Director?- preguntó. Lo analizó con cuidado. Llevaba puesto un guante solo en una mano y parecía más cansado.- Q-que hace aquí? Digo...siento no estar en clase...
-A veces las personas necesitan descansar y alejarse de todos para ordenarse a sí mismos.- dijo mirando los Thestrals.- Entiendo que debe estar pasando por un mal momento...estoy en lo cierto?
-No se equivoca profesor...- respondió la chica.- Puedo preguntarle algo?
-No puedo mostrarte lo que escondo debajo mi guante, siento decepcionarte.- dijo con tranquilidad.- Admiro tu curiosidad.
-Siento eso.- se disculpó. -Sientes tener curiosidad?- Keira no respondió sin embargo Dumbledore siguió hablando.- Como se encuentra tu abuelo?
Eso sorprendió demasiado a la chica, hacia mucho tiempo que no lo veía...no lo veía desde que presenció la muerte de su abuela.
Keira estaba ese día. El día en que su abuela falleció. -No lo sé señor.- respondió con sinceridad.- He estado demasiada ocupada...
-No hay excusas cuando se trata de familia... seres queridos...amigos...amores...- lo último sobresaltó a Keira. No podía ser cierto que supiera...eso.- Se muchas cosas, ser el director de la escuela me deja mucho tiempo libre...
-Oh.- dijo la chica un tanto sonrojada.
-Y mi único consejo es que no debes alejar a la gente que se preocupa por ti, y quiere ayudarte. Das tanto amor a la gente...tanta bondad y amabilidad...que cuando te lo dan a ti no sabes cómo reaccionar.
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Ginny salió corriendo de la clase de pociones. Se dirigía directamente a la sala común de Huffelpuff, debía encontrar a Keira.
Sabía su contraseña, siempre se la decía.
Al entrar con éxito a la sala común, se dirigió hacia la habitación de la chica, pero esta estaba con llave. Había cambiado la contraseña. -Mierda.- se dijo a sí misma.- Muy bien Ginny, que combinación pondrías si fueras Keira?
Probó con 1.2.3.4, 2.3.4.5, 9.8.7.6...pero nada. -Esto es inútil, yo soy inútil.- se repetía la pelirroja.
Miró los números y vio que uno tenía una marca... -El 1?- se preguntó. Su cumpleaños no tenía uno...a menos que...
1108. Correcto.
No podía creérselo. Keira tenía como contraseña el día del cumpleaños de la pelirroja. -No me ayudas a superarte...- dijo Ginny entrando a la habitación.- Por qué eres tan perfecta?
No había nadie. Por un momento decidió irse...pero después de ver el diario tirado en medio de la cama...no pudo resistirse.
Lo tomó y empezó a leer.
11/08 Hoy es el cumpleaños de Ginny! Estoy tan emocionada...espero que le guste mi regalo...
Hola diario de nuevo. Al parecer no le ha gustado tanto como lo que le ha regalado Harry. Se veía muy contenta, y me alegro por ella!
Ojalá pudiera ser él.
***
24/10 Hoy siento que Ginny y yo estamos más unidas, aunque Harry sea el único tema que le interese. Confío en que algún día me preste atención...por qué somos mejores amigas al fin y al cabo.
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05/12 Navidad! Me encanta!
Ginny me ha invitado a la madriguera, estoy emocionada por saber que pasa! Estaremos juntas durante mucho tiempo.
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22/12 Hey! Aquí con ustedes el grandioso Fred Weasley junto George Weasley quienes acaban de descubrir el mayor secreto de nuestra nueva amiga.
Con cariño, tú amor ;)
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-Serán pelirrojos del demonio! Nunca me lo dijeron!- gritó la pelirroja de rabia.
Sus hermanos sabían que Keira estaba enamorada de ella y no se lo dijeron en ningún momento...que rabia!
Se empezó a poner nerviosa, por cada página que pasaba más se preocupaba.
Keira solo escribía cosas que hacían sentirla cada vez más mal. Siempre hablaba de Harry? Por qué nadie se lo había dicho?
-Serás idiota Ginny!- se dijo a sí misma tirando el diario a la cama, la frase que leyó...la había destrozado.
Se acabó, ya no espero nada de nadie, quién me piense, que me escriba, quién me extrañe, que me busque y quién me quiera, que me lo demuestre. Me rindo.
La pelirroja dejó el diario como lo había encontrado y salió de la habitación.
Se sentía horrible, el cuerpo tenía una sensación mala dentó de ella. El diario, esas palabras la habían dejado rara.
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Keira ahora se encontraba en el gran comedor. Sola.
Vio cómo empezaba a entrar gente, así que decidió levantase y irse a su cuarto para descansar. -Señorita Rymer.- la llamó alguien cuando pasaba por frente de la clase de pociones.- Cuento con usted para que asista a la cena de hoy?
-Cena?- repitió la chica a lo que Slughorn asintió.- Claro, allí estaré.- dijo con un intento de sonrisa.
"Claro allí estaré" que tonta pensó, ahora tendría que asistir a una estúpida cena a la que no tenía ningunas ganas de ir.
