La ciudad se ve cubierta bajo el mandato de las familias mafiosas más antiguas de la historia: Los Zorel, los Luthor y los Edge.
Una tragedia causada por una guerra entre bandas, llevará a que tanto la familia Zorel como la familia de los Luthor dec...
Estaba teniendo las mejores jornadas de trabajo de mi vida y Cat Grant estaba encantada con mis artículos. Me estaba haciendo conocer y aunque me encargaba de los pequeños, mi jefe Snapper Carr también estaba complacido. Salí del edificio de CatCo y sonreí al ver a Mike ahí de pie. Él hizo una mueca y una guiñada. Me acerqué y tomó mi bolso para dejarlo dentro del auto.
—¿Entonces? ¿Qué prefieres? ¿Comida chatarra o cena elegante?
Lo miré en tanto dijo eso y sonreí.
—¿Vas a llevarme a cenar?
—¿No crees que sería mal novio si no te llevara a una cita? —Me dijo y sonreí.
Dejamos el auto ahí y tomó mi mano para caminar juntos. Decidimos ir por comida chatarra y fue bastante divertido en realidad, me divertí bastante. La noche había llegado y estábamos cerca del paseo marítimo, donde la vista era hermosa. Me senté en una banca que estaba contra la pared y suspiré. Noté un velero a lo lejos y eso me hizo pensar en Dinamarca y por ende en ella.
—¿Estás bien? —Me preguntó y asentí con tristeza.
—Solo estoy triste... extraño Dinamarca. —Dije y él asintió, entendiendo—. Pasé hermosos momentos ahí.
Se acercó y apoyó sus manos en mi rodilla.
—Sé que el cambio es difícil y que en realidad tú no querías esto pero cambiaste de opinión. Así que te diré algo. —Dijo y miré cada detalle de su rostro mientras me decía—. Voy a ayudarte a adaptarte para que todo sea más fácil.
—¿De verdad? ¿Vas a ayudarme? —Le pregunté y me asintió—. ¿Por qué?
—¿Recuerdas aquella noche después que William te raptara? Estabas dormida en la sala y tuviste una pesadilla. —Contó y asentí sin quitarle los ojos de los suyos—. Ese día prometí que te protegería siempre y que estaría para ti. Que juntos seríamos más fuertes. Y pretendo cumplir con mi promesa, Lin.
¡Maldita sea! Sus palabras y su rostro, se veía tan... apuesto. Antes de que me diera cuenta me estaba acercando a él y le estaba dando un beso. No quería pensar en razones, solo sabía que necesitaba besarlo. Me devolvió el beso y cuando me alejé, recordé a Alex y él me abrazó con ternura.
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—¿Quieres ir a casa? —Me preguntó y le asentí en su cuello—. Entonces ven, vamos.
El aire se volvió tenso entre nosotros. Regresé a casa solo para sentarme afuera bajo el cielo cubierto, arriesgándome a mojarme en cualquier momento pero la soledad era necesaria. Me sentía mal porque había besado a Mike, había querido hacerlo y no dejaba de pensar en Alex. Me agarré la cabeza y me recordé a mí misma que esto era temporal. Sacudí mi cabeza y entré a la casa para reunirme a los demás para cenar. Mucho más tarde, continuaba en la cocina y esta vez estaba con la computadora escribiendo un artículo cuando me llegó un mail. Lo abrí y noté que era de Anton. Tomé aire y me preparé para leerlo pero cuando lo hice me sorprendí ver que era de Alex.
