Acercame.

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Sugerencia: Denle play a la canción de arriba cuando la nombren, así será más emocionante jsjsa;).
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Un maratón.

Era lo mejor que se lo pudo ocurrir a las chicas para la recolección de fondos para la graduación. Según ellas lo mejor, según ellas... El tiempo con el que contaban antes de la graduación era limitado, menos de un mes, que podría ser mucho para estudiar para un examen de matemática o para aprenderte la masa atómica de cualquier compuesto, pero no para organizar una fiesta o un viaje.

Luego de que Dante me dejara en casa, y se aligerara el amargo momento que me había hecho pasar la llamada y el regalo de Axel -el cual le regalé a nuestra vecina de al lado- las chicas se reunieron en mi casa. Al hablar con mamá dijo que no pudo decir que no cuando se lo pidió de tal manera y prometió tener mas cuidado, asi era ella con los favores, no podía decir que no. 

Cristina tomó con sus delicados y largos dedos el aza de la taza, llevándola a sus labios mientras veía como María articulaba exageradamente con sus manos.

—¡No puedo creer que hayan dejado pasar tanto! —exclamó, dando un paso hacia adelante y otro hacia atrás, repetidas veces—. ¿Cómo permitiste eso? Tú, la reina de los planes.

Cristina apenas sonrió, cruzando sus piernas con clase. La masa de cabello rubio platinado siendo balanceado hacia atrás con el movimiento que ejerció su cuerpo.

—He estado ocupada, —se limitó a responder—, y no es nada que no pueda manejar en días. La fiesta sólo necesita a gente esparcida entre todos los trabajos.

—Yo puedo poner la música, tengo un gusto excelente —interferí, dejando mi cabeza colgando de la punta del sofá con las piernas estiradas hacia arriba, apoyadas de la pared.

Por suerte mamá no estaba en casa, si no ya sería chica muerta.

—Lo tendremos en cuenta, aunque preferiría que estuvieras con nosotros —apeló Cristina, dedicándome una sonrisa sincera.

—No entiendo cómo puedes estar tan tranquila —le dijo a Cristina.

Cristina se puso de pie, pasándole a través de la mesa una laptop a María, para que viera lo que estaba sobre la pantalla. He de suponer que fue una lista o los plan bien estructurado. En la posición en la que me encontraba me fue imposible hacer algo más que verlas al revés.

—He crecido rodeada de fiestas cada fin de semana, mamá es una gran anfitriona y nos enseñó a mis hermanas y a mí cómo manejar a la perfección las preparaciones —explicó mirándonos a ambas.

—Pensé que eras hija única —confesé, enderezandome para tomar asiento frente a ellas.

—Tengo tres hermanas, dos mayores y una menor —aclaró, ladeando la cabeza—. Así que cada una podríamos hacer una fiesta sin problema, vivimos en ellas toda nuestra infancia y adolescencia. Eso también fue lo que pudo hacernos más cercanos Dante, Francesco y yo, nuestros padres se reunían en ellas —contó—. Dante siempre se escondía para leer, y Francesco se burlaba diciendo que era un ñoño y que debían robar el ponche y ponerse ebrios —Sonrió.

No me asombro aquello, de hecho fue muy fácil imaginarlo.

—Parece que todos han estado juntos toda la vida —comentó María con tono cálido, apreciando su duradera amistad.

Los libros de Dante © [SIN EDITAR] Where stories live. Discover now