Advertencia: Este capitulo trata sobre un problema alimenticio que puede resultar sensible. Cabe resaltar que admiro la fuerza de cada persona que pasa por esta situación, sé que no es sencillo y espero que pronto puedan estar mejor.
(Estos sucesos pasan en el capítulo "Detalles": con muchas comillas.)
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Cristina aparentaba ser perfecta, sin defectos.
Pero no lo era, estaba llena de ellos, y era consciente de lo mismo.
No diría la batalla que tenía que luchar contra ella misma cada mañana, pero cada nuevo día para ella era difícil.
Hoy no fue distinto.
Odiaba verse al espejo.
Ver su reflejo la orillaba a ir al baño, y hacer lo que tanto quería e intentaba dejar.
Recordaba la primera vez que había hecho eso. Fue a los quince años.
La razón se reducía a su obsesión por mirar las pasarelas de modas que pasaban por la televisión.
Ellas eran delgadas, hermosas y tan confiadas. ¿Por qué ella no podía ser así?
¿Por qué su busto era pequeño?
¿Por qué sus caderas eran estrechas?
¿Por qué no era como ellas?
¿Que había mal con ella?
Nunca se hizo esas preguntas en voz alta, solo rondaban por su cabeza a cada hora, atormentándola.
Hasta que se cansó, se hartó de eso y recurrió al método que la llevó a estar bien según los estándares de belleza.
Luego de eso no hubo vuelta atrás.
Su familia no sabía por lo que pasaba, y le daba vergüenza admitirlo frente a sus amigos.
¿Qué pensarían de ella?
La observarían con lástima. Por nada del mundo permitiría eso.
Ella tenía que seguir siendo la Cristina segura, inteligente y amable, sin conflictos internos.
Pronto dejó de ver el problema con lo que hacía.
Se volvió un círculo vicioso, sin salida o entrada, solo con un trayecto eterno y repetitivo.
En el instituto las que decían ser sus amigas se burlaban de ella en murmullos tras su espalda, haciéndola sentirse defectuosa. Obligándola a hacer todo lo posible para ser como el resto.
En el presente era una carga que aún llevaba, que por más que lo intentaba no podía soltar.
Fue a la cocina, deteniéndose frente a la nevera. Su estómago rugió, ella desayunó con una manzana y una taza cargada de café. Aun cuando en la dieta recomendaba se leía otra receta. Quedó con hambre, pero si ingería otra cosa podría pasar a lo que conocía como atracones, comería y comería sin control, hasta que al terminar la culpa la invadía y su cuerpo parecía tomar vida propia e ir a provocar lo que creía que era lo correcto.
Se sentó en la solitaria mesa, pasando trozos de la fruta a su boca lenta y pausadamente. Masticó, respirando profundo.
Una vez terminó fue a ducharse.
Evitó verse en el espejo mientras se quitaba la ropa, pero una mirada de reojo bastó para echar todo por la borda.
Recorrió con sus dedos cada parte de su cuerpo, fijándose a detalle.

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Los libros de Dante © [SIN EDITAR]
RomanceBilogía "Amor entre páginas". [Primer libro] "Como si no fuera suficiente su desgracia, se enamoró" Oscar Wilde. ¿Como te sentirías si conocieras a tu escritor favorito? Era una pregunta que sin du...