d i e c i o c h o

151 29 26
                                    

Jun tomo rumbo a su cafetería favorita. No era como si MinGyu, el joven que se encargaba de la caja registradora, fuera necesariamente el motivo para ir a tomar café. A veces, tener a alguien rondando su mente no era lo más importante para él, sí, MinGyu tenía rasgos que lo hacían llamar su atención, sin embargo, no es como si estuviese loco por él.

Justo en ese instante MinGyu no era aquella persona que verdaderamente le estaba causando un pequeño agujero en la cabeza.

Jun se obligo a no volver en pensar en el moreno, pero pese ello, fue demasiado tarde ya que sus mejillas irradiaron un ligero calor al recordar cómo SeokMin lo buscó por toda la escuela con una felicidad inigualable para no parar de decirle que había logrado obtener un diez en el examen de Lógica.

— ¡Lo logré, lo logré! —Brincaba alrededor del pelirrojo sin parar, junto con los ojos más brillantes que una joya— Y no lo hubiera hecho sin tu ayuda. En serio, gracias por haber sido tan paciente conmigo, y también lo siento.

Se inclinó varias veces mostrándole respeto y gratitud. Después de dar vuelta mostrando con orgullo ese número que muchos envidiarían y besar la hoja, salió de su radar con el ánimo a lo máximo. Jun miró en dirección dónde SeokMin salió y la orilla de sus labios se extendieron gradualmente sin su consentimiento.

Al entrar, el ambiente amigable que siempre le daba la cafetería lo rodeo empezando a causarle tranquilidad.

Dispuesto a buscar con la mirada el físico atractivo de MinGyu, caminó hasta el mostrador fijando su vista en la espalda ancha del cajero.

¿Era él o MinGyu había disminuido unos centímetros de altura?

Su pregunta se aclaró cuando la persona se dio la vuelta enseñando su radiante sonrisa, y en cuanto sus miradas se cruzaron fue inevitable que las pupilas del que estaba detrás del mostrador se dilataran de inmediato.

Jun quedó perplejo viendo al joven frente él, su expresión cambió en cuestión de unos segundos y el parpado inferior de su ojo tembló.

—Bienvenido a...

— ¿En serio? ¿El colegio y ahora tengo que soportarte en mi único lugar favorito? —Dijo con los dientes apretados conteniendo su ira.

— ¿Colegio? Creo que me está confundiendo, jamás lo había visto.

SeokMin actuó de forma extraña llegando a confundir a Jun. Sonrió cálidamente y le arrojo un guiño al mayor esperando su comprensión. 

Jun trato de leer la mente del moreno, pero no era un maldito adivino para saber lo que SeokMin intento decirle con la oración anterior y gesto, que no hizo más que hacerlo desviar su mirada de la vergüenza.

Por otro lado, SeokMin esperaba que Jun comprendiera que fuera de la institución era totalmente diferente. Y aunque su padre le recalco que lo que hacia era mero acoso, SeokMin  se dejo muy en claro así mismo jamás sobre pasar su limite y decidió que no se interpondría en el camino del pelirrojo. Estaba bien si eligen actuar como si no se conocieran, SeokMin estaba dispuesto a esperar hasta que Jun este cien porciento seguro de su irregular relación que tenían.

—Como sea, dame un Latte mediano con...

—Con jarabe chocolate al fondo. De inmediato —Le obsequio otra de sus hermosas sonrisas y se regresó.

Jun buscó con la mirada a MinGyu, que si o si debía estar en el local. Lo encontró arrinconado mientras aseaba el suelo con un trapeador. El más alto se percato de su presencia y le enseño una sonrisa cansada.

—Hola, Junnie.

— ¿No deberías estar atendiendo tú?

—Oh, supongo que ya te diste cuenta. Se llama SeokMin, es el nuevo empleado.

— ¿Cómo dejaste que ocurriera?

—No lo culpo, Junnie, impresiono al jefe y a mí también. Sus habilidades en atender son muy buenas, y ni mencionar en su rendimiento. Se sabe ganar a la gente, mira toda esta gente a tu alrededor, no me impresiona que la mayoría sea del genero femenino, tiene una de las más maravillosas sonrisas. Se merece el puesto, a pesar de ser su tercer día trabajando aquí.

La manera en la que MinGyu hablaba y la forma en como vio a lo lejos a SeokMin dejo impertérrito a Jun y ocasionó que su corazón se agitara.

—MinGyu... —Lo juzgo con la mirada. El más alto se puso rojo.

—E-es solo un platónico, no es como si fuera de su tipo —volvió a su anterior tarea negando con la cabeza— Escuche que van en la misma escuela, debe se popular con alma demasiado pura, ¿no?

—No lo sé —la conversación con MinGyu empezaba a desconcentrarlo y poniéndolo incomodo al pasar del tiempo.

— ¿Puedes investigar por mí el tipo ideal de SeokMin? Digo, si no es mucho...

— ¡No!

Jun arrugo su frente y fue por su café que lo esperaba en las manos de SeokMin. Le arrebato el envase sin dejar que el moreno terminara su amigable frase de despedida, dejando que el moreno se quedara con la duda en la lengua.

Antes de salir, el pelirrojo miro a SeokMin una ultima vez, y observó como el moreno regalaba una de sus finas sonrisas a una joven de cabello chocolate que pedía un frapuccino. 

Era un estúpido. Cómo se atrevía a desperdiciar sonrisas así como si nada. Él debería de ser el único. Qué no estaba tan enamorado de él.

Destino ➮ᏚeokᎻuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora