Horizon Zero Dawn: Descongelando al Pasado [OCxAloy]

Vida en el Abrazo

Allam Pov

Luego de que me reencontrara con mis hermanas y les hablara sobre las bombas nucleares, sentía como se me quitaba un enorme peso de encima, pero ahora tocaba la parte difícil, que era presentarlas e insertarlas a ellas a la tribu.

Las Matriarcas fueron más aceptantes con ellas que lo que fueron conmigo, lo más seguro por ser una sociedad matriarcal y todo eso. En todo caso, teníamos permitido vivir en las Tierras Sagradas. Las chicas y yo no éramos Nora ni nada por el estilo, a decir verdad, yo creo que estamos viviendo en el Abrazo porque me tienen miedo y no me quieren joder. Cuando las chicas estuvieron asentadas, envié a un mensajero a Meridian para que Avad no se desesperará, le dije que volvería al mes a Meridian, para prepararnos para el ataque Eclipse.

Hemos estado viviendo en la antigua casa del padre de Aloy, Rost, a pesar de que mi novia se negaba a estar ahí por la gran cantidad de recuerdos que le traía la casa, pero Janet logró ayudarla a hacer paz con sus recuerdos y a aceptar que esa casa en la que su padre puso tanto esfuerzo, sería tomada por alguien más si la abandonaba.

Mis hermanas se adaptaron mejor de lo que esperaba a la vida sin tecnología es más...creo que les gusta más este tipo de vida que la de antes, aunque es cierto que extraño el agua corriente y el sistema de residuos, no me podía quejar mucho.

Mis hermanas han empezado a insertarse más en el día a día de los Nora, con Janet ayudando a los heridos y Sarah aprendiendo todo lo que puede de las máquinas.

Janet se ha pasado muchísimo tiempo en Corazon de Madre, hablando y ayudando a los Nora y conociendo sobre su cultura. Pero hace unos días la encontré allá por otra razón.

Ese día estaba caminando por el asentamiento de Corazon de Madre buscando a mi hermana menor, la cual se había ido temprano en la mañana.

La vi a ella vendando la herida de un valiente Nora. A su lado había una chica Nora de su edad, cabello marrón y ojos avellanas. La joven le dijo algo a ella con una sonrisa y Janet se sonrojo como un tomate, con una sonrisa enamorada en su rostro.

La chica se fue a otro sitio a buscar algo y observaba como Janet la miraba al irse, conozco esa mirada muy bien. Yo solo esbocé una sonrisa al ver a mi hermana y me empecé a acercar a ella y ella notó mi presencia, esta se veía nerviosa por mi presencia.

Janet: A-Allam, q-q-que haces a-a-aqui-pregunto mi hermana roja como un tomate y algo preocupada de lo que pueda decir.

Yo: Nada, nada, solo vine a ver cómo estabas, pero veo que estás bien acompañada-le dije con una sonrisa paternal en mi rostro. Ella me miró sorprendida al ver mi reacción tan callada.

Janet: No te molesta que...-me pregunto ella en voz baja mientras apuntaba a la chica.

Yo: No, que va cielo. Si eres feliz con eso, ¿quien soy yo para negarte la felicidad? Te gusten hombre o mujeres, eso no quita el hecho que eres mi pequeña hermana y que siempre te voy a apoyar en todo-le dije mientras me ponía en cuclillas enfrente de ella.

Janet me dio un fuerte abrazo y yo se lo devolví de igual manera. Siento que es algo que ella tenía guardado desde hace un tiempo ya.

Yo: Así que, ¿cuando la vas a traer a cenar?-le pregunté en tono burlón y ella me dio un golpe leve en el pectoral.

Janet: Cállate-dijo ella entre risas

La chica volvió y me saludó. Se presentó como Fia, una curandera en entrenamiento.

Yo: El placer es mío Fía, soy Allam, el hermano mayor de Janet. Solo vine a saludar y ya, las dejaré con su trabajo chicas, diviértanse-me despedí mientras me iba devuelta a casa, con una sonrisa en mi rostro.