Capítulo 9:9 -Sentimientos caóticos parte 4

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—"Es mi culpa... nadie más debe sentirse mal por lo ocurrido".

...

Ornstein en su modo caballero se encuentra frente a Asia, quien desprende la gigantesca aura de muerte que una vez tuvo Queelag. La boca de su cuerpo arácnido ruge con una ferocidad voraz, mientras algo de lava surge a modo de saliva.

La promoción le regresa una gran cantidad de poder que una vez tuvo, no todo el que llego a tener durante su vida, pero si una buena parte. Lo suficiente como para que él crea que volvió ser igual de poderoso que en antaño, si tan solo supiera lo olvidó.

—¡No te preocupes Asia! ¡Te ayudaré a regresar!

—¿Regresar? ¿Por qué haría eso? Yo nunca me he ido.

El pelirrojo apretó los dientes y se arrojó con gran velocidad hacia la rubia, quien mostró una sonrisa cargada de la más pura locura, cual Joker destrozándose la garganta a causa de lo que ha provocado. Usando su espada del caos, realizó un tajo dirigido al abdomen del león, pero este último logró anticipar el ataque y evadirlo al doblar su cuerpo al estilo Matrix.

Lo que le permitió acortar la distancia aún más sin restricciones, y cuando estuvo junto a la monstruosa boca, blandió su lanza; según sus conocimientos acerca de los demonios de la ciudad perdida de Izalith, estos tienen una debilidad enorme hacia los ataques de relámpago.

Precisamente ese es el elemento predominante en su arma, por tanto el daño debería ser considerable... debería. Sí, debería. Además, Asia era una demonio originaria del mundo de Kuoh, por lo que el daño sacro sería mucho mayor... debería serlo.

Empero, la punta de la lanza no logró atravesar demasiado en la piel de la cabeza arácnida y el daño que hizo fue realmente escaso; la sorpresa atacó de repente al león, quien rápidamente tuvo que ponerse a salvo de un escupitajo de lava que por poco lo deja fundido en el suelo.

—"No lo entiendo. Su debilidad debería ser el relámpago".

—¿Qué ocurre Ornstein? Creí que eras más fuerte.

La incomprensión dejó sin respuesta al león, es como si fuera demasiado débil... o tal vez su rival es demasiado fuerte. Sea la opción que sea, es ilógico pensar en una resistencia tan absurda al daño que acaba de hacerle.

Ornstein respira hondo, y con su lanza prepara un relámpago muy fuerte, el mismo con el que condenó a tantos No muertos mientras era guardián de Gwynevere. Asia solo mostraba una sonrisa perversa mientras observaba la dorada aura que la podría amenazar.

El pelirrojo soltó el relámpago y este trazó su recorrido hasta impactar con la exmonja, generándose una estruendosa explosión que provocó la explosión de todos los transformadores eléctricos en un diámetro de 200 metros.

El humo que se levantó cegó parcialmente la visión del león, quien por unos segundos cerró los ojos, pues había acabado con la vida de su amiga.

...

...

...

O eso fue lo que pensó.

Pues en el momento en que se decidió a cruzar esa humareda, sintió como algo ardiente atravesaba su pecho, incluso con la armadura puesta. Su corazón fue penetrado, por esa espada con aspecto monstruoso.

Tuvo que soportar el intenso dolor de sentir como la pieza dentro de él se agrietaba, y pudo romperse acabando con su vida, de no ser porque Asia extrajo la espada de su tórax, dejando no solo esa profunda herida sino también quemaduras graves; para posteriormente agarrarlo de cuello, mientras que la dorada armadura de león se disipaba al compás del daño provocado en la pieza de peón.

—Te odio... y a ellas también, los odio a todos...

Y entonces lo soltó, y mientras estaba en el aire, con sus largas uñas empezó a hacerle varias cortadas; y en el momento en que llegó al suelo, ella lo levantó nuevamente y repitió los cortes con las uñas por todo el cuerpo. Continuó así más de seis veces, hasta que se aburrió y tomó por última vez el cuello del pelirrojo.

Lo acercó hacia su rostro y lo besó en los labios, saboreando la sangre que ahora los baña. —No fue la gran cosa. Era ridículo el sueño que tenía. Adiós, Ornstein.

La espada llameante estaba a punto de decapitarlo, pero de improvisto apareció una chica de cabello azul que plantó una potente patada en el rostro de Asia... pero no parece haberle hecho daño, únicamente desvió su atención; posteriormente arrebató el pelirrojo del agarre de la rubia y tomó distancia al lado de varias chicas que llegaron.

Quien lo salvó fue Tsubasa, y las otras chicas son sus compañeras de séquito. A partir de allí, Ornstein cayó inconsciente.

Ornstein en DXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora