I

3.2K 227 20
                                    






¿Por qué razón seríamos invitados a la ceremonia de los Parker Bowles?

—¿Los Parker Bowles no son oficiales de la armada británica? —pregunté entrelazando nuestros brazos a la par que saludaba con una sonrisa a los demás invitados.

—En efecto —asintió imitando mi acción—. Pero ni siquiera tenía idea de su existencia.

—No lo digas en voz alta. Los monstruos pueden oírte —le susurré el oído con una sonrisa burlona—. Pareciera que todos están más emocionados por la unión que él mismo.

Señalé a Andrew Parker Bowles parado en el altar cerca del sacerdote, con las manos sudorosas jalándose el cuello del esmoquin con disgusto, sus ojos viajaban a cada persona del lugar por unos solos segundos y rápidamente pasaban a mirar la estructura del lugar con desesperación.

—Te apuesto 200 francos a que la boda fue arreglada.

—Por dios, Lucien ¿por qué apostaríamos por algo que es más que obvio?

Nos mantuvimos en nuestros lugares sin acercamos a socializar con nadie, cierto era que ninguno allí era de nuestros conocidos, los invitados contaban de diversos oficiales de la armada británica con sus respectivas esposas, familiares de los prometidos, amigas solteras en busca de algún oficial casado con problemas maritales dispuesto a divertirse sin ser descubiertos, y finalmente estábamos nosotros; los únicos sobrantes en el recinto.

—¿Debería de darte los 200 francos ya? —preguntó divertido mi hermano a mi lado—. La reina madre está hablando muy animadamente con los padres de los afortunados.

Tal y como dijo, la reina madre Elizabeth I, se encontraba a varios metros alejada de nosotros hablando con una sonrisa triunfal con los Parker Bowles y los Shand respectivamente. Los hombres mantenían una sonrisa de autosuficiencia plasmada que nadie podía quitarles, puesto que sus hijos les traerían una unión de lo más ventajosa; en cambio las madres, tenían un gesto sombrío y a veces perdían la vista en el suelo preocupadas por la novia.

—Disculpe —un hombre enfundado en traje negro chocó contra mi descolocándome—. En serio lo lamento mademoiselle.

—Sabes quienes somos —Lucien asintió por cortesía—. Pensé que nadie aquí nos reconocía.

—Edmond Leroux, Teniente mayor en las fuerzas armadas francesas, fui trasladado a Reino Unido hace poco más de un año, señor.

—Armadas francesas, ¿ejército de tierra, marina nacional o ejército de aire? —pregunté interesada.

—Todos, mademoiselle —contestó sin ápice de superioridad—. Estoy altamente calificado y a disposición de las tres fuerzas armadas.

—Gracias por tu servicio y todo el trabajo que haces por nosotros.

—Estoy encantado —volvió a hacer una corta reverencia sin despegar sus ojos de los míos—. Mademoiselle, monsieur.

El teniente se retiró hacia las bancas de la iglesia dispuesto a tomar su correspondiente asiento, se encontraba de lado izquierdo, en donde estaban ubicados los familiares y más allegados a la pareja.

—Estoy encantado —imitó el acento del teniente—. Encantado por ti, querrá decir.

Reí por el tono amargo que había utilizado y lo ignoré.

BLANK SPACE ━━━━━━ the crownWhere stories live. Discover now