Capítulo 9 "Soldado Bufalord"

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De mis capítulos favoritos <3

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POV. Normal

Desde que los primeros rayos de sol se asomaron por el horizonte, fue inevitable para la rubia realizar su guardia correspondiente del día. Ya había explorado la mayor parte del área cercana a la orilla junto a Tormenta y justo cuando iban a concluir de manera exitosa el recorrido; algo llamó su atención.

Un barco aparentemente abandonado.

-Vamos nena, veamos de cerca que ocurre- susurró la rubia a su dragón, quién obedeció a su instrucción sin dudar.

Al aterrizar en la cubierta, Astrid caminó sigilosamente con hacha en mano y, al determinar que estaba abandonado, estaba por irse. Al menos así fue antes de escuchar un fuerte grito de la parte baja del barco.

- ¿Hola, hay alguien ahí? -preguntó sin recibir respuesta.

Encendió una antorcha con ayuda del fuego de Tormenta y mientras se adentraba al barco, un horrible hedor comenzó a esparcirse. La Hofferson se sintió asqueada, pero eso no evitó que siguiera caminando.

-No...-exclamó en un grito ahogado debido a la impresión.

No podía ser; tenía que salir de ahí ya mismo, ya que lo que tenía delante eran cuerpos de marineros sin vida. Pero, antes de que siquiera pudiera hacerlo, un hombre que aparentemente estaba en su lecho de muerte, tomó su brazo en un intento por pedirle ayuda.

Por la agonía que parecía tener el hombre, no midió su fuerza y terminó rasguñándola profundamente. Esta pegó un grito del susto al ver su piel; pues era de un tono verdoso, algo que jamás había visto. Pero no se quedaría a investigar más, simplemente salió corriendo del lugar con Tormenta detrás siguiéndole el paso.

-Todo está bien nena, es solo un rasguño- le explicó a su Nadder para tranquilizarla una vez que salieron a cubierta.

Pero algo en su interior pensaba en que no era del todo cierto aquella frase. Por ahora, estaba en shock ante la escena que presenció, así que lo mejor que pudo hacer fue dirigirse a la orilla del dragón.

-Vámonos de aquí Tormenta, vamos a casa.

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Mientras tanto en la orilla, Hipo se encontraba a mitad de un nuevo invento que les serviría para que, al ver el fuego de una pesadilla voladora, no les segara la vista. Patapez, como siempre se acercó entusiasmado a ver lo que construía el castaño hasta que, ambos notaron la presencia de la rubia.

-Astrid ¿estás bien? -preguntó Hipo de inmediato al ver que su mejor amiga se había acercado con una actitud extraña.

Astrid, al verlo a los ojos, no supo exactamente qué decir... no es como que pudiera soltar la noticia que tenía así como así. Por lo que, solo atinó a desviar la mirada mientras se ocultaba el rasguño que recibió en el barco con su mano.

- ¿Qué sucede? ¿Viste algo en tu patrullaje? -le preguntó angustiado debido a su silencio.

Astrid lo miró por un instante para asentirle antes de volver a agachar la mirada.

- ¿Cazadores? ¿Dragones atrapados? ¿Viggo? -preguntó alterado Patapez.

-Ok, ahora es mi turno, silencio- intervino Brutacio de pronto- Astrid, lo que encontraste ¿es más grande que una caja para Jack?

-Encontré un bote pesquero- respondió la rubia sin prestar mucha atención a lo que dijo Brutacio.

-Lo tenía que adivinar antes de que me dijeras- reprochó el gemelo.

¿Siempre? SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora