Capítulo 12 "Lado ciego"

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Tengan preparada su botanita que este capítulo será de los más largos en este libro, disfrútenlo y que viva el amor UwU.

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POV. Normal

¿Qué era lo mejor que se podía hacer en un día libre para no tener que pensar en los sentimientos románticos hacia alguien? fácil, entrenar a un dragón.

Al menos para Hipo le resultó ser un excelente plan, ya que, después de todo, al no tener nada que hacer, le seguía dando vueltas una y otra vez al mismo asunto que le atormentaba desde hacía mucho tiempo.

Y ese asunto se llamaba Astrid.

No paraban de atravesar por muchísimas cosas que ponían en peligro sus vidas a diario y lo más tormentoso para él era que se estaba haciendo todavía más cercano a ella. Cada vez el apoyo que le brindaba era más íntimo y, dado todos estos factores juntos, caía cada vez más enamorado.

-Hipo, creo que va siendo hora de pensar en la posibilidad de que el Triple ataque no puede entrenarse- le mencionó la rubia, quién había aceptado gustosa la invitación de entrenar con él.

-Estamos progresando, hay que encontrar la forma de que pelee con nosotros y no contra nosotros- aseguró mientras blandía su espada.

¿Qué? nadie podía culparlo de que hubiera invitado a Astrid a entrenar con él. Una cosa era que no quisiera pensar en lo enamorado que estaba de ella y otra que no deseara pasar más tiempo a su lado.

-Vamos, hemos entrenado cosas peores- recordó el castaño con gracia, pues el dragón que tenían delante había sido entrenado para pelear y matar toda su vida.

Y desde que lo rescataron de la subasta de Viggo, Hipo quiso redoblar esfuerzos para que viviera de manera pacífica.

-Hipo, Patán no cuenta- soltó la rubia con humor.

El chico rio internamente por su comentario y solo atinó a sonreír, su lady era todo un caso.

-Tendré que recordar eso Astrid- comentó Patapez de repente llegando a donde ellos.

-Patapez ¿qué te trae por aquí? -preguntó la Hofferson.

-Los gemelos y Patán acaban de regresar de su patrullaje. Se acercan múltiples tormentas; necesitamos asegurar toda la orilla- informó el chico rubio.

-Muy bien, aún tenemos cosas que hacer; vámonos- mandó el castaño dándole una mirada rápida al Triple ataque.

Ya tendrían otra oportunidad para entrenarlo.

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La tormenta los había alcanzado bastante rápido, pero al tener como encargada de la seguridad de la orilla a Astrid, las tareas se realizaron de manera ágil y eficiente.

- ¿Cerraste la puerta principal? -le preguntó la Hofferson a Patapez una vez que el resto le aseguró que realizaron sus actividades.

-Claro, aunque siempre hay una primera vez para no estar seguros en lo que hacemos y...- comentó el chico con nerviosismo.

-Iré a ver- dijo la rubia por último antes de echar a correr, al ver que el jinete del Gronckle no tenía certeza de haber realizado su labor correctamente.

-Astrid ¡espera! -gritó Hipo al verla irse.

¿Qué debía hacer? seguirla por supuesto, tenía que asegurarse que estaría bien.

Cuando Astrid corrió por toda la orilla para asegurar las puertas, se dirigió al establo. El último lugar que faltaba por ser revisado. Pero, en el instante en que llegó, un rayo cayó en el techo, lo que ocasionó que la madera comenzara a incendiarse.

¿Siempre? SiempreWhere stories live. Discover now