✦Trigésimo✦

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Suga

De los cinco intentos que hice por abandonar la cama, los últimos dos fueron los más difíciles. La primera vez que abrí los ojos me sentí desorientada y mareada, con el cuerpo pesado, la garganta irritada y un horrible sabor amargo en el interior de mi boca. Noté vagamente que el exterior aún estaba oscuro. La segunda y tercera fueron muy similares y seguidas, esta vez logré levantar mis pesados parpados gracias a que el hambre estrujaba mi estómago. Pero no estaba con ánimos de hacer nada... sentía que si en ese momento podía morir, realmente no significaría nada.

En primer lugar... ¿por qué me estaba esforzando tanto por sobrevivir? Aún no había recuperado ni la mitad de mis recuerdos pero con la información ya adquirida me hacía la idea del infierno que era mi vida.

Tan solo quiero cerrar los ojos y no despertar más...

-¡Oye, Suga! ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Ya es más de medio día y sigues tendida en la cama como un cadáver! -El oír a Grim gritarme a la cara a todo pulmón fue el inicio que daba fin a mi intento de morir en paz. De esa forma empezó mi cuarto intento que... ¿a quién engaño? Esta vez ni siquiera intenté mantener los ojos abiertos.

Puse más esfuerzo en ignorarlo refugiándome profundamente en las sabanas, pero el pequeño monstruo era tenaz.

-¡¿Cómo puedes dormir cuando hace tanto calor?! -Insistió, determinado a arrancarme toda mi comodidad. -¡Muero de hambre y apuesto que tu también!   

Intenté protestar pero lo único que salió de mi fue un quejido ronco y la sensación de deshidratación picando mis labios. Un ataque de tos llego tras aquello. Grim vacilo en cuanto pudo ver mi rostro escondidos tras las sabanas. 

-Tú... ¿te sientes mal?

-Como el mismísimo infierno... -No era una exageración: tanto emocional como físicamente estaba desecha. 

-Iré por ayuda. -Expresó determinado, a punto de saltar de la cama. Por suerte, logre alcanzar su cola... cosa que no le hizo mucha gracia. -¡¿Qué demonios haces?!

-E-espera... no m... me dejes. -Farfullé con una voz pequeña y seca. Grim hizo una mueca indescriptible antes de soltar un suspiro y posicionarse junto a mí.

-Eres una subordinada muy complicada, ¿sabes? -Una de sus pequeñas patas cayó sobre mi frente húmeda. -Tienes fiebre.

Eso explicaba porque sentía tanto frío a pesar de tener un fuerte sol quemando a través de la ventana, además de la espesa capa de sudor que mojaba mi pijama. Debía levantarme, darme una ducha, comer algo y medicarme para no empeorar... realmente no tenía ganas de hacer nada de eso, pero tener la pesada y emocional mirada de Grim acuchillaba vilmente mi conciencia. 

-Tu ganas... -Le dije apenas, sin ser capaz de reconocer mi propia voz. En cuanto intenté levantar mi tronco apoyándome con las manos en el colchón, un fuerte dolor se inyecto en mi cuello hasta esparcirse violentamente por todo mi pecho. Me atragante con mi propia saliva en un intento de controlar los espasmos.

-¡¿Suga?! ¡E-estas sangrando! -De forma apresurada y torpe Grim alcanzo a darme un vaso con agua que convenientemente yacía justo en la mesita de noche a la derecha de la cama. No recordaba haberlo dejado ahí la noche anterior -es más, ni siquiera recordaba la mitad de los acontecimientos luego de ser intoxicada- y dudaba mucho que Grim se hubiera responsabilizado de dejarlo ahí. Fue un misterio al que no le di mucha importancia, una vez logre estabilizar mi respiración y aguantar las pinchazos que rodeaban mi pecho y cuello, un nuevo dolor nació en la parte inferior de mi abdomen. Me retorcí con tanta fuerza que el poco contenido que no había bebido del vaso termino por empapar las sabanas.

Piece Of My WorldWhere stories live. Discover now