✦Quincuagésimo segundo✦

1.7K 164 35
                                    

No hay escape.

Lo supe nada más salir de mi última clase de la jornada, cuando Deuce y Ace se retiraron a su dormitorio ayudar en lo que podían a Riddle, y Grim supuso que era un buen día para perderse e ir a quien-sabe-donde y dejarme a mi suerte. Casi parecía un encuentro predestinado, no, más bien, forzoso y planificado.

Leona Kingscholar estaba arrimado contra una de los ventanales del pasillo exterior, casualmente el que debía tomar para volver Ramshackle Dorm. Con los brazos cruzados, las orejas relajados y a ojos cerrados parecía una imponente estatua, incluso en una postura común alguien de su estirpe lucía simplemente deslumbrante. Lo vi al doblar la esquina, segundos antes de que atravesara la ruta, me volví con el corazón palpitando en mi boca.

Vamos, puede ser tan solo una casualidad...

Pero muy en el fondo se que no es así.

Este tipo tiene fama de huir a rincones bien escondidos a dormir...

¿Y por qué estoy tan nerviosa entonces?

Llene mis pulmones de una larga bocanada y me dedique unos segundos a calmar el alocado estado de mi corazón. Aprete el bolso escolar contra mi costado firmemente y seguí adelante, sin mirarlo, con la esperanza de poder reversarlo y que su presencia ahí fuera una eventualidad sin importancia.

-Alto ahí.

Y fue entonces que eche a correr, ante el leve ápice de su varonil e intimidante voz.

¿Qué lecciones aprendí de esta experiencia? Muchas, en realidad, que espero me sean útiles en el futuro.  

Número uno: Nunca cierres los ojos mientras corres porque te arriesgas a tropezarte y a lastimarte o, que en esta ocasión fue mi caso, terminaras yendo hacía lo desconocido y acabaras perdiéndote.

Número dos: Por mucho que confíes en tus habilidades debes aprender a reconocer cuando es hora de rendirte. Hoy por segunda vez en mi vida comprobé de primera mano lo que Leona es capaz de hacer cuando se pone serio.

Y número tres... ante un peligro inminente, la voz de tu instinto o creer en el azar... mejor decídete por escuchar tu instinto primero, sobre todo cuando muy en el fondo sabes que la hay un limite para lo que conocemos como "casualidad"...

-¿Pu-puedo ayudarte con algo? -Era casi divertido como aparentaba ser servicial luego de haber corrido por más de diez minutos huyendo de este tipo, fingiendo que nada había pasado y simplemente hablándole como si el que me tuviera inmóvil de espalda contra un árbol fuera normal. -¿Cre-crees que podrías soltarme? Soy un poco claustrofo...

-No estamos en una habitación. -Gruñe bajo y amenazante, desde el fondo de su garganta. No veía su rostro pero estaba claro que mi numerito lo había enfadado. -¿Y qué me asegura que no escaparas apenas te suelte?

-Uhm, ¿nuestro antiguo compañerismo forjado tras enfrentar un overblot juntos?

-¿"Compañerismo"? -Su risa profunda me helo los huesos. -¿El mismo compañerismo que te hizo huir despavorida nada más verme?

Touché.

-Bien, te voy a soltar... -Tras un rato de silencio, en el cual Leona pareció debatir en que hacer, dejo salir un suspiro que convenientemente me beso la nuca. La fuerza ejercida en mis pobre muñecas pareció ceder, pero duró muy poco a medida que me advertía en la intimidad de un no muy amigable gruñido: -Pero si te atreves a intentar escapar, no me haré responsable de lo que podría pasarte...

-Lo tendré en cuenta... -Siendo sinceros planeaba volver a correr ante el primer destello de libertad, pero su elocuencia me dejo sin ganas de probar mi suerte.

Piece Of My WorldWhere stories live. Discover now