✦Cuadragésimo octavo✦

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-Vamo Koebi-chan, no tienes porque ser tímida~...

-Azul... ¿Qué no eres un tritón también? -Mire con clara incomodidad la gran espalda de Floyd, mientras Kalim esperaba pacientemente a que fuera quien tomara la iniciativa de montar al Leech menor. Grim asintió.

-¿Acaso no puedes nadar?

Azul se mordió el labio con las cejas fruncidas, sus mejillas estaban encendidas ¿Quizás estaba enojado o avergonzado? Floyd hizo un puchero mientras Jade contesto con una risa burlona:

-Para empezar, no podríamos catalogarlo como un nadador rápido.

-¡E-es debido a mis tentáculos! -Argumento, golpeando con un puño la espalda de Jade.

-¿Eh? ¿Acaso preferirías ir en la espalda de Azul antes que en la mía? -Su voz era demasiado seria como para tomar ese reproche como otra de sus bromas.

-En ese caso, puedes subirte a mi espalda Suga-san. -Jade no ayudaba, las cejas de su gemelo se fruncieron aún más.

-¿Qué es tratando de hacer, Jade?

-Oh, solo pienso que la comodidad de Suga-san... ya sabes, quizás le seas un poco desagradable.

-¡Bastardo! ¡¿Estas buscando pelea?!

-¿Cómo podría hacerle eso a mi único hermano? Fufufufu~.

-Puedes sujetarte de mi si es incomodo. -Finalmente Kalim intervino con una sonrisa. Por su cara pude adivinar que no sabía a que se debía mi incomodidad pero estaba dispuesto a subirse primero para que no tuviera que estar tan cerca de Floyd... aunque prácticamente seguiríamos usando su cuerpo como medio de transporte.

-Ah, lo lamento... -Suspire, avergonzada. Una simple pregunta había desatado una discusión que nos estaba retrasando.

Kalim se aferro a los hombros de Floyd con determinación, mientras este murmuraba maldiciones en voz baja con las mejillas hinchadas. Yo rodee con mis brazos su torso, inundada con la misma seguridad de cuando paseamos en su alfombra hace un par de días. Había acontecido menos de una semana... pero el recuerdo de esa noche resultaba tan lejano que incluso se sentía como un sueño.

『✧✦✧』

De alguna forma, nos las arreglamos para regresar al dormitorio antes del amanecer. Había una bruma oscura y espesa a los alrededores, sin embargo no había ni una sola alma vigilando la entrada o patrullando los pasillos. Por la música que se escuchaba, dedujimos que Jamil y todos los estudiantes se habían transferido al Loungue.

-¿Y bien? ¿Cuál es el plan? -Kalim cuestiona, mirando desde el borde de una de las puertas el caótico estado del salón de Scarabia. Jamil lucía como un autentico sultán... más bien la mescla de un sultán y alguna especie de genio de la lampara... solo que mucho más sombrío e histérico. Sentado en una especie de trono improvisado, soltando ordenes a diestra y siniestra.

-Luce incluso peor que antes. -Azul observa con atención desde arriba de la cabeza de Kalim, uniéndose a él.

-A juzgar por el estado de frenesí en los estudiantes, deduzco que Jamil-san ha estado usando su magia única de manera indiscriminada desde que nos fuimos. -Jade comenta, por encima de Azul, Floyd no tarda en unirse al sequito de cabezas curiosas que asoman la puerta:

-Entonces debe estar en su límite, una distracción nos vendría bien. -Habiendo dicho eso, la mirada de los chicos se dirige a mi de forma automática.

-¿Qué? ¿Acaso esperan que me ponga una falda y baile el hula-hula?

No debí decir eso.

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