✦Septuagésimo primero✦

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No se suponía que debía ser así.

¿Cómo es que después de cinco overblots y tantas experiencias cercanas a la muerte seguía siendo tan débil? ¿Cómo me derrumbaba por algo así?

¿Qué no había decidido cambiar?

Nunca había sentido miedo por Grim, ni siquiera cuando uso su fuego azul en nuestro primer encuentro y casi incendio el ataúd en el que había estado durmiendo. Era imposible temerle, quiero decir; si, fue sorprendente reparar en que era un tanuki parlante que no era del todo inofensivo, pero a la vez su apariencia era demasiado pequeña, regordeta y esponjosa para no sentir algo más que deseos por acariciar su afelpada cara.

Pero en ese momento... No sé que me asusto más: la mirada desconocida y feroz con la que me juzgo, como si no fuera más que una amenaza que definitivamente debía eliminar o, el terror que sentí al ver que alguien que apreciaba se echaba contra mi con intenciones de hacerme daño.

Otra vez.

Fue una mala caída, use mis manos para cubrir mi rostro del zarpazo engullido en magia con el que me atacó que apenas tuve tiempo de preocuparme en mi aterrizaje. El golpe que se llevo mi cabeza fue muy duro, tanto así que por un segundo todo se oscureció y una gran jaqueca sacudió mis sesos. Perdí la noción del tiempo, mareada por el fuerte golpe, en shock por el horrible rasguños que habían recibido mis manos y parte de mi cara, y una gran pesadez en mi corazón en cuanto vi que Grim simplemente corrió y me abandono ahí. En el frío y soledad de la noche.

-Dijiste que serías tú el que me protegería... -Susurre apenas, aún tendida en la frialdad del Coliseo, con una sensación húmeda y caliente rodando la zona más afectada por mi caída. Devastada y aún afectada por un fuerte vértigo y el dolor del golpe, busque a tientas mi celular e intenté llamar a Ace. Luego de cinco largos intentos, finalmente atendió. -Grim desapareció... -Solté con voz hueca, haciendo caso omiso a la voz irritada que me exigía una explicación lo suficientemente convincente para que lo llamara en medio de la madrugada. 

-¿Qué...?

Colgué. En si me había sentido bastante deprimida por soñar con los fragmentos de mi pasado, así que este episodio con Grim simplemente tomo toda mi estabilidad y la arrojo lejos. 

Levántate.

Me dije a mi misma, recordando como fue en una fría noche como la de hoy cuando madre me apuñalo. En medio del dolor, previo al desmayo, recuerdo haber contemplado el cielo nocturno por unos cuantos segundos. Aquí y en mi mundo, el cielo se veía igual... melancolico, sin ninguna sola estrella que quisiera acompañarme en mi agonía por esta niche, la luna oculta bajo un profundo manto de nubes, solo la oscuridad y el crepitar de la temporada. El sentimiento de ser traicionada me perseguía como un cazador furtivo. De alguna forma me las arreglé para arrastrar mi agotada existencia de vuelta Ramshackle, tomando pequeños descansos para sostenerme en una pared y extinguir las lágrimas próximas a brotar.  

Soy tan patética...

『✧✦✧』

Contraría a la creencia de que no volvería a conciliar el sueño con tanta facilidad luego de mis pesadillas, me terminé quedando dormida nada más mi fatigado cuerpo rozo el colchón. Una vez más, sin ser indulgente por mi actual situación, el espejo arrastro mi conciencia a otro sueño: un mundo completamente nuevo, hecho de nubes y grandes pilares tan blancos y brillantes que resultaban místicos. Recocí los diferentes nombres de dioses de la miología griega deambulando a lo largo de la visión, y... ¿Un bebé?

El sueño cambio, todo a mi alrededor se distorsiono y los imágenes se volvieron oscuras y apenas perceptibles. 

-¡Oye, Suga! ¡Despierta de una vez!

Piece Of My WorldWhere stories live. Discover now