Hispania (Erwin Smith FanFiction)

Capítulo 1

Avanzo por los pasillos de piedra de la Sede Oficial del Gobierno. Me dirijo hacia el despacho de Jonathan Masaveu, el presidente de la República de Hispania. En teoría, dentro de unos días recibiríamos a Dos Pyxis y a otros miembros de importancia de Paradis. Tras la derrota de la Alianza frente a Marley y sus putos titanes, supimos que nosotros seríamos los siguientes. Y decidimos mover ficha.

Hacía seis años que estábamos en paz, después de esa guerra tan larga que tuvimos contra los francos durante casi cien años. El Pacto de Paz Hispano-Franco ocurrió cuando yo tenía veinticuatro años, estando graduada en Política Internacional y Estudio de las Etnias desde hacía ya tres años. Por aquel entonces, yo llevaba nada de tiempo en la política, apenas dos años, y mi cargo era el de Ministra de Relaciones Internacionales Hispanas. Me acuerdo del día que se firmó ese Pacto; de los gritos de euforia, de las lágrimas derramadas y de la gente alzando sus voces chillando nuestro himno en señal de victoria.

Yo misma luché contra los francos en batalla. Por parte de padre, yo soy descendiente de una larga estirpe de generales y militares germanos, mi apellido siendo famoso entre las filas del ejército hispano y germano. No hay ni un solo miembro que portase Wagner como sobrenombre que no haya estado en batalla. Me alisté con doce años a la instrucción militar, dos años después de que recuperáramos Maurit —mi ciudad natal— de los francos, que la habían ocupado desde que yo tenía memoria. Continué en el ejército, en el Escuadrón de Élite para ser exactos, hasta que me gradué de la universidad, puesto que si eras soldado los estudios eran gratis.

Por parte materna, mis ascendientes habían sido grandes historiadores y filósofos. Mi madre fue una intelectual y revolucionaria, a la cual los francos le volaron la cabeza una vez descubrieron que estaba afiliada a un grupo dedicado a la reconquista de Maurit. Uno de mis hermanos mayores, Dieter, ha sido el ejemplo más claro de seguir la tradición materna después de haber abandonado las filas del ejército. Se convirtió en el Ministro de Economía y la gente, pese a que hayan transcurrido catorce años desde lo que le ocurrió, le sigue admirando como si se tratara de un dios.

Llamo a la puerta y guardo silencio a la espera de una contestación.

— ¡Adelante! —Agarro el picaporte y tiro de él hacia bajo, abriendo el portón de madera que aguarda la oficina de Jon—. ¡Hombre, Miriam! Te estaba esperando, pasa, pasa.

Entro a la enorme y lujosa estancia, y tomo asiento en una butaca forrada de terciopelo rojo. El hombre ordena los papeles de encima de su mesa. Jonathan es tan solo un par de centímetros más alto que yo, lo cual no es tan malo, teniendo en cuenta que mi estatura roza el metro setenta y seis. El hombre es de piel morena, siendo de ascendencia árabe. Su rostro se oculta detrás de una frondosa barba negra, la cual se ve ridícula en comparación al poco pelo, del mismo color, que cubre su cabeza. Sus ojos son tan oscuros que, sin luz, es imposible visualizar su pupila. Pese a que Jon estuvo en el ejército veinte largos años, una vez se retiró para dedicarse a la política se dedicó a beber vino, terminando por lucir una barriga.

— ¿Cómo estás, querida? —Me pregunta, por fin sentándose después de haber despejado su escritorio—. ¿Ya has hablado con Amanda sobre quién va a encargarse de ellos cuando vengan?

— Aún no, iré a verla esta tarde —Respondo, echándome hacia atrás en la butaca. Estos días se avecinaba una montaña de estrés—. Me apetecía verte, desde que se decidió lo de Paradis siento que no te he visto absolutamente nada nada.

Jonathan Masaveu fue mi profesor de Historia Hispánica durante todo mi paso por la instrucción militar. Me apoyó de todo corazón cuando le dije que quería dedicarme a la política y se aseguró de promocionarme en la misma una vez me gradúe, hasta el punto de hacerme ganar las elecciones a Ministra, convirtiéndome así en la primera mujer en ostentar un cargo político en Hispania. Sí, el machismo es un tema que aún estamos tratando.