𝓣𝓪𝓮 𝓗𝔂𝓾𝓷𝓰 ¹⁴

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Jimin miraba su cuello con frustración

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Jimin miraba su cuello con frustración.

¿Por qué esa porquería le ardía justo ahora?

Con su mano derecha movió el algodón a la marca y empezó a limpiarla.

¿No podía molestar en otro momento?

¿Debía ser cuando estaba en la universidad?

—¿Qué demonios es esto? Ah, ¿Ves lo que pasa, Jimin? Estas son las consecuencias de ser una puta ofrecida. —Se reprendió a sí mismo con enfado.

Esa marca le jodía mucho, pero a veces ni se sentía. Aunque en ocasiones como esta, no dejaba de arder y causarle molestias en el cuello.

—Jimin, ¿Te estás masturbando o por qué demonios tardas tanto?

Taehyung había entrado al baño, y el pelimorado completamente alterado, escondió todo con lo que limpiaba la marca en su mochila.

Kim se detuvo en la puerta, cerrándola presuroso para luego acercarse con preocupación al contrario.

Su marca estaba roja.

—¿Jimin, te está doliendo? ¿Por qué se ha puesto roja? —Inquirió preocupado, mirando con asombro aquella marca en el cuello de su amigo.

—¿Crees que lo sé? Esta porquería hace lo que quiere, parece tener vida. La odio. —Se quejó Park, viéndose de nuevo en el espejo.

Aquella cosa había puesto esa parte de su cuello fea, ya no lo podía presumir como antes.

—Cosa fea. Tan pronto encuentre a ese bastardo, le vaciaré todo un cargador de una M-16 en el trasero.

Taehyung le miraba a través del espejo, lucía preocupado.

Y cuando Jimin juntó sus miradas por el cristal, rio un poco para luego girarse hacia su mejor amigo.

—Hey, estoy bien. No me duele tanto, no es para morirse. —Mencionó con suavidad, aferrando sus manos a los amplios hombros del azabache.

—¿Qué pasa si está infectado, Minie? Cuando fuimos al hospital te dijeron que no podían hacer nada. Y a veces te dan esos dolores y mareos. Tengo miedo, ¿y si estás enfermo? O...algo peor. —Musitó Kim temeroso, lo que menos quería era que a su mejor amigo le pasara algo malo.

—Oye, ¿no crees que si me fuera a morir lo hubiera hecho ya? Es decir, esto es de hace cuatro meses. Creo que si fuera letal, en ese tiempo ya estuviera muerto. —Farfulló sonriente, restándole importancia.

Taehyung sintió los suaves labios de Jimin en su nariz, y como este lo abrazaba para calmarlo.

Kim lo rodeó con protección, acercándolo con ímpetu, como si temiera perderlo en cualquier momento.

—Jimin... ¿por qué no se lo cuentas a Namjoon? Puede que él sepa qué es esa cosa en tu cuello. —Ofreció el pelinegro.

Pero Park solo se separó de él, mientras negaba efusivamente.

—¿Qué? ¿Estás loco? Probablemente, él lo asocie con sus cosas extrañas. No pienso ser un experimento para él, Taehyung.

No se dejaría “investigar” por Namjoon.

Sobre su cadáver.

—Jimin, sé que a veces suena muy loco y todo. Pero él sabe cosas, muchas cosas. Puede que sepa qué es eso y cómo curarlo, o aunque sea lo identifique. —Insistió Kim, era como la sexta vez que le proponía aquello.

Pero Jimin era obstinado, negándose una y otra vez.

El más bajo solo tomó su suéter y lo alzó lo suficiente hasta cubrir bien su marca.

Él tenía esperanzas de que en poco tiempo se iría.

—Ya te di una respuesta, niño. No es no. Y no hay nada más que hacer con eso. —Decretó severo. —Quiero a Namjoon, pero está loco. Y no pienso dejar que un loco me haga todo tipo de análisis solo porque tuve un encuentro carnal con un fetichista extraño.

Taehyung contuvo su risa.

Aún le parecía graciosa la forma en la que su amigo había obtenido aquello.

Una historia muy loca de escuchar.

—¿Y qué harás? ¿Esperar a que desaparezca o a que te mate? —Indagó el azabache, cruzado de brazos.

Jimin le miró con fiereza.

—Lo que venga primero, estaré dispuesto a aceptarlo. —Sentenció sin dar un atisbo de inseguridad en sus palabras.

Taehyung rodó sus ojos.

Jimin era un necio.

—Pero... —Masculló un poco dudoso.

El pelinegro lo observó expectante ante aquello, notando como el ajeno palpaba su área mordida.

—A decir verdad, a veces es muy extraño, me hace sentir distintas cosas, e incluso me vuelve paranoico. Hay ocasiones en las que puedo jurar que alguien me vigila, e incluso me llama. También tengo sueños recurrentes, y siempre son el mismo. A una hora específica de la noche, ese chico entra por mi ventana y solo se me queda mirando, como si me estuviera cuidando mientras duermo. No hace nada más, solo observa y respira lentamente. Es tan raro, a veces me asusta. Pero no me siento en peligro, es más un sentimiento de protección que no comprendo. Y eso me frustra, Taehyungie. ¿Por qué diablos tuve que acostarme con él? ¿Qué demonios te pasa, Park Jimin?

El pelimorado mordió su labio inferior con culpa.

Si no hubiera sido tan descuidado, no estaría pasando por eso.

Si no hubiera sido tan descuidado, no estaría pasando por eso

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