𝓨𝓸𝓸𝓷 𝓖𝓲 ⁴⁹

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Jungkook intentó correr, una de sus patas frontales estaban heridas, y tenía diversas marcas de lucha por todo su cuerpo.

Se sentía tan débil.

Cada vez su visión era más borrosa, y tenía menos fuerza para mantenerse en pie.

Finalmente, se desplomó.

Su lobuna anatomía cayó a orilla del río, y pronto esta cambió a una demacrada forma humanoide.

Iba a morir.

Con sus pocos sentidos sobrantes, escuchó fuertes zancadas detrás de él, hasta que finalmente los gruñidos aparecieron.

El azabache se giró un poco, viendo de manera distorsionada como aquel enorme lobo negro de ojos neón, se acercaba a él de forma amenazante, mientras sus colmillos se mostraban con ferocidad.

Él no podía moverse.

Con sus últimas fuerzas, sacó su poca estamina e hizo a sus ojos brillar en un vivaz escarlata.

Jungkook aulló por ayuda, y antes que su contrincante se arrojara sobre él, para acabar todo aquello, otro aullido se escuchó en respuesta siendo una clara señal de rescate.

Al lobo negro no le quedó más opción que huir de aquel lugar sin dejar rastros.

Mientras Jeon moría lentamente, por sus heridas y envenenamiento.

Yoongi despertó ante aquel ensordecedor aullido que le hizo retumbar los timpanos

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Yoongi despertó ante aquel ensordecedor aullido que le hizo retumbar los timpanos.

Casi saltó de la cama, y espabiló cuando sintió como Taehyung se removía a su lado.

Miró que el mayor aún permanecía profundamente dormido. Claro que él no había escuchado aquel aullido, el cual le preocupó al reconocerlo.

Era Jungkook.

Jungkook estaba en problemas.

Y él tenía el impulso de salir corriendo a ayudarlo.

Pero algo lo hacía querer permanecer abrazado a Taehyung, para continuar durmiendo.

Aunque no podía, sabía que no.

Debía volver con su futuro esposo cuánto antes.

Así que con un poco de pesar, se inclinó para dejar un suave beso en la mejilla de Kim, para poder salir de la cama y finalmente volver a su antigua vida.

Estaba agradecido con su Hyung de las galletas por estos últimos días de paz, pero debía volver a ser el hijo del líder de la manada del sur.

Después de salir por la ventana, y correr en medio de la oscuridad del bosque, vio el inicio de las antorchas que le indicaban la llegada a su pueblo.

Su respiración era agitada, y su frente estaba sudada. 

Se abrazó a la sudadera que Taehyung le había prestado para dormir esa noche, y en medio del cumulo de personas revueltas por su aldea, logró ver un rostro conocido.

ElegidoWhere stories live. Discover now