Elegido

𝓣𝓪𝓮 𝓗𝔂𝓾𝓷𝓰 ⁵²

—Jimin, ¿Qué te metiste?

—¡Ya dije que no me he drogado, imbécil!

—Bien. ¿Entonces, qué fue lo que bebiste?

—¡Voy a matarte, Kim Namjoon!

Jimin hizo el amago de arrojarse sobre el castaño, pero prontamente Taehyung lo sostuvo desde la espalda, logrando mantenerlo controlado.

Namjoon acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz, suspirando en un intento de poder organizar todos los pensamientos que abarrotaban su mente saturada.

—No puedes culparme por creer eso. Es decir, lo que dices no tiene absolutamente nada de sentido. —Declaró con escepticismo, mirando el ceño fruncido de Park.

—¡¿Te cuesta creerme a mí, pero si crees absolutamente todas las mierdas paranoicas que lees en internet?! ¡Púdrete, Namjoon! —Vociferó el pelimorado, forcejeando un poco contra el pelinegro a su espalda.

—Oigan, cálmense, chicos. No necesitamos esto ahora, debemos aclarar bien esta situación para saber qué mierda está pasando. —Se interpuso Taehyung en medio de sus dos amigos, mirándolos con súplica, principalmente porque él también quería una explicación a todo aquello.

—Taehyung tiene razón. No podemos enemistarnos en un momento como este, debemos trabajar juntos para saber qué sucede. —Alegó Nam, tomando asiento sobre la silla rodante de su escritorio.

Jimin resopló, asintiendo. 

Se dejó caer sobre la mullida cama del castaño boca arriba, y cerró sus ojos con fuerza.

Ni siquiera él mismo sabía qué demonios era lo que había visto en aquellas visiones.

—De acuerdo, Jimin. Dinos exactamente qué fue lo que viste durante esos minutos que te desmayaste. Tú afirmas que estaban intentando matar a un sujeto, y que lo dejaron moribundo al lado del río. Okey. Pero, ¿Qué pasó? ¿Cómo pasó todo eso? ¿Puedes decirnos? —Habló Taehyung, tomando asiento a los pies de la cama, junto a su mejor amigo con su mirada atenta sobre este al igual que Namjoon.

Park abrió sus ojos, mirando con atención hacia el techo sin ningún tipo de expresión. Su mano derecha se detuvo sobre su mejilla, como si tuviera algún tipo de dolor punzante junto a otros lugares de su cuerpo.

—Estaba corriendo por el bosque, apenas se iba a dar el ocaso, y todo lo que se podía percibir era húmeda intemperie a su alrededor. Vi sangre, él se estaba desangrando, y sentía un dolor punzante en el estómago, como un fuerte malestar que subía hasta la garganta dando una sensación de náuseas. Noté cansancio en todo momento, cada paso se hacía más difícil y lo escuché jadear junto al crujir de las ramas bajo sus pies. Pronto el río se hizo presente, y el agotamiento le ganó. Finalmente se desplomó a la orilla del agua, y logré sentir a carne propia todo su dolor, su sufrimiento. Él...estaba muriendo. De pronto, un extraño olor a Kiwi invadió el ambiente, y cuando la vista se estaba volviendo distorsionada y borrosa, lo único que vi fue un profundo pelaje oscuro, siendo acompañado de unas brillantes orbes color neón. Se acercaba lentamente, y juro por Dios haber escuchado gruñidos, para que finalmente, todo concluyera en vacía oscuridad. —Finiquitó Jimin, suspirando a la par que sentía una lágrima bajar por su mejilla.