Diecinueve años | Llyr

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(Editado)

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Después de la muerte de su padre, la tripulación del barco lo abandonó en Seikos, a pesar de que el barco pertenecía a su padre.

No había lugar en el mundo que Llyr odiase más que su propia tierra natal, vivió ahí los primeros siete años de su vida, hasta que una sirena ahogó a su madre en la costa del mar; desde entonces había pasado los siguientes dos años viajando en barco con su padre, pescando, llevando los peces hasta Luthier y los demás reinos, era simplemente increíble. Todo lo contrario a la sucia y deplorable Seikos, donde lo único hermoso era la vista al mar y el gran castillo elevándose en lo alto del reino; donde vivía la familia real a la que poco le importaba que sus súbditos murieran de hambre.

Tras ser abandonado por los compañeros de su padre, vivió en la calle, haciendo trabajos para pescadores, cuando no necesitaban su ayuda, podía pasar días sin comer ni beber, dormía en la calle, entre el lodo y a veces entre basura, la necesidad de alimentarse lo llevó a robar comida de puestos en la calle, tiempo después comenzó a robar dinero o cosas de valor, pero no era suficiente como para conseguir una habitación con cama o una simple cobija y cuando lograban atraparlo, era golpeado por dos o más hombres adultos hasta que su boca sangraba y la vista en alguno de sus ojos se nublaba por la hinchazón del mismo.

Llyr pasó dos años robando lo suficiente como para poder comer al menos tres días a la semana, hasta que a sus once años de edad, una joven pareja de cantineros lo encontró durmiendo en la calle una lluviosa y fría noche de otoño, temblando de frío mientras su cuerpo ardía por la fiebre y sus pies estaban a punto de congelarse. Entonces lo llevaron con ellos a su hogar.

Barik y su esposa Lyzore cuidaron de él como si fuese su propio hijo, él le enseñó a leer, escribir y a realizar cuentas, mientras ella le mostró cómo pelear y defenderse (sin armas) del resto de niños en la calle, también de los adultos que abusaban de su poder.

Cuando cumplió trece años y Barik le permitió trabajar en su taberna, sirviendo tragos y llevando los platos de comida a las mesas, un día, en la taberna se presentó una ruidosa tripulación como si de un montón de ángeles se tratasen.

Llevaban montones y montones de joyas, sin embargo, no vestían aquellas ropas caras que la nobleza y la realeza si, entonces fue cuando Llyr le preguntó al hombre de gran sombrero si era un rey, el desconocido rió a carcajadas, le acarició el cabello como si de un perro se tratase y dijo 'No niño, yo soy Viges Stozore, un pirata.'

Y fue entonces cuando los ojos de Llyr brillaron con asombro y anhelo, no tardó más de diez segundos en rogarle al hombre que lo llevara con él, "quiero ser un pirata como usted, tener tantas cosas bonitas como usted y saber pelear como un soldado sin tener que vestir esos feos trajes de metal" dijo.

Los piratas no tardaron en reír, pero tres días después, Llyr subía al barco junto con ellos y su pequeña bolsa de pertenencias, después de agradecerle a Barik y Lyzore por haber cuidado de él, con la promesa de visitarlos regularmente.

"Cuando sea un pirata con mucho dinero, les compraré una taberna mucho más bonita y más grande' prometió un pequeño Llyr de trece años.

Los siguientes tres años se basaron en aprender cada consejo de Viges, cada movimiento en una pelea, mil formas diferentes de engañar a alguien, de robar, de estafar...de matar. Sirenas y si, también personas.

Ser un pirata conllevaba tener muchos enemigos y no era tan genial como cuando tenía solo doce años.

Cuando comenzó su formación como pirata todo le parecía increíble, las peleas, los saqueos a otros barcos, la caza de sirenas, lo seguido que visitaban Luthier y el trato preferencial que el mismo rey les daba, las 'fiestas' y que le permitieran beber licor, pero, un par de años después comenzó a ser consciente de un par de cosas.

Como los gritos, los sollozos de mujeres que provenían de los camerinos, cuando lo obligaban a dormir en la cubierta y como después ellas salían del barco corriendo con golpes en sus rostros y moretones en los brazos.

O como le robaban a cualquiera, sin importar que tan pobre fuera la persona...no le parecía justo...no cuando él sabía lo díficil que era conseguir una simple moneda siendo de la clase obrera.

O que transportaban 'criminales' de todas las edades,  de un reino a otro, pero, después se cuestionó porqué si la piratería era un crimen, les pagaban por transportar a otros criminales, además, el rey de Luthier era muy amistoso con ellos, cuando el mundo entero sabía que cualquier miembro de esa familia era un auténtico hijo de puta. Nada tenía sentido

Así que una noche bajó con completo sigilo hasta los calabozos que habían en el barco, lleno de adolescentes de su edad (16 años) o menores, incluso habían un par de niños, todos con uno o dos tatuajes a lo largo de su cuerpo y collares anchos, lastimando sus cuellos.

Llyr despertó a uno de forma delicada y cuando el chico abrió los ojos, simplemente soltó la pregunta que tanto lo estaba matando. '¿de verdad son criminales?'

El chico del tatuaje frunció el ceño y negó. 'Somos esclavos' respondió en un susurro.

En ese momento el mundo de Llyr se detuvo por completo, por los últimos tres años había estado ayudando a un montón de piratas a vender personas como si fueran nada, y todo lo demás simplemente tomó sentido en su cabeza, en tan solo un segundo.

Viges stozore, el hombre al que tanto había admirado durante años, era una completa mierda que violaba mujeres, mataba inocentes y vendía personas. No podía creer que le había costado tanto tiempo darse cuenta de ello.

Cuando se detuvieron en Luthier una semana después, la tripulación entera bajó a la taberna mas lujosa del Reino, mientras Llyr fingió dolor de cabeza.

No pudo haber sido más fácil robarle el barco a Viges.

Esa fue la primera vez que el nombre de Llyr recorrió los reinos en forma de murmullos, "el niño que robó el barco pirata más grande de los reinos, al pirata más temible de ellos."

Llyr liberó a los esclavos, y algunos de ellos decidieron formar parte de su tripulación, siendo así el barco pirata con la tripulación más joven de la historia, donde el más pequeño tenía solo nueve años y el más grande de ellos 16.

Poco a poco su nombre fue más y más conocido, a donde fuera no había modo que no hubieran escuchado de él, tenía una gran fortuna que fue robada solo a barcos reales y nobles, su tripulación era famosa por la gran cantidad de sirenas que habían asesinado, aunque...aún no había encontrado a 'la muerte nocturna' aquella que indirectamente ocasionó la muerte de su padre.

Sin embargo, si cumplió la promesa que le hizo a Lyzore y Barik, llevándoles un cofre de oro cada vez que los visitaba y comprándoles una increíble taberna en la costa cerca del acantilado menor, del mejor lado del reino para los plebeyos, no era tan genial como las enormes villas de la corte real, pero si mucho mejor que el centro de la ciudad, lleno de lodo, después de todo ellos le habían dado un techo y cariño cuando no tenía nada.

Y desde que su hijo había nacido y la madre del niño murió, Barik y Lyzore habían cuidado del pequeño Melian como si fuese su nieto.

Llyr simplemente no podía llevarlo con él, el mar era demasiado peligroso para un bebé, mucho más cuando existía una sirena que nadie podía ver y un pirata peligroso que lo odiaba a muerte.

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