16.

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Estaba inquieta.

Aguardando por el segundo en que la pantalla de su celular se encendiera notificando una llamada entrante o un mensaje de texto de Neji, ojalá pidiéndole que se vieran y no solamente preguntándole cómo estaba marchando su día. Se sentía frustrada, porque aparte de los buenos días, no había tenido nada más.

¿Qué podía hacer para ganar?

Recordaba perfectamente bien como Neji le había dicho claramente: "Espero que no sea esta una de esas formas ingeniosas de las mujeres para rechazar los sentimientos de los hombres." Cuando le pidió que repitiera lo que evidentemente había escuchado bien, pero por sus deseos torcidos pensó haber malinterpretado. El problema en su inseguridad radicaba en que Neji había estado ebrio al momento de confesarse, y Tenten necesitaba algo seguro, aunque hubiera sentido sus narices rozarse, necesitaba algo más, algo concreto que no dejara lugar a dudas.

Pero eso que necesitaba, ¿vendría? ¿O tenía que ir a ella a por él?

—¿Por qué no le pides tú misma que se vean? —habló Itachi, sentado con las brazos recargados sobre su escritorio y el mentón apoyado en su mano. Por supuesto que estaba al tanto de la situación, la castaña no había podido evitar contarle todo con emoción y lujo de detalle.— Creí que ya habíamos hablado de que no eres más una niña y que las mujeres también pueden dar el primer paso.

Tenten tuvo un deja vú que la levantó inmediatamente del sofá, apuntando a Itachi con su dedo índice, amenazadoramente.

—¡Se lo que pasó ese día que hablamos sobre eso! —bramó.— No necesito otro susto como que se desaparezca sin decirme ni dejarme nada más que la preocupación.

Itachi se rió, levantando sus brazos del escritorio y mostrándoselos como evidenciando que no tenía armas consigo con las cuales atacar.

—Tranquila, Tenten —sus ojos y su boca le sonrieron, mostrando unos dientes rectos y perlados.— Estás muy ansiosa, tómate un té o algo. Si no quieres hablarle, relájate, tal vez sólo está ocupado y por eso no se ha contactado contigo.

—¡Me iba a besar, Itachi!

—¡Sí! —Itachi exclamó coincidiendo con su amiga con evidente burla.— Y tú querías que lo hiciera, pero él no se dio cuenta de ello. Me parece que el ser directos no es una cualidad que ustedes tengan.

—Bueno, pues... —Tenten se lo pensó, relajándose en el proceso.— Me tomó por sorpresa, no lo había pensando así.

—A veces no necesitamos las palabras —aconsejó Itachi.— Las acciones dicen mucho —y luego, como lanzándole una indirecta, ladeó una sonrisa y le dijo:— Las miradas también hablan por sí solas.

Las indirectas eran la respuesta.

Y más tarde, cuando finalmente la espera terminó, Tenten tuvo la invitación a una cita por parte de Neji.

El mensaje de texto era directo; primero se disculpó con ella por la demora en sus mensajes, explicándole que había estado ocupado en varias visitas por proyectos futuros, y después le sugirió que se vieran el miércoles y no el viernes como de costumbre. Cuando Tenten le respondió que no se preocupara y aceptó la invitación, Neji fue claro al recalcarle de vuelta que era una cita y que vistiera algo cómodo.

La palabra cita le aligeró el estómago a Tenten, como quien se sube a una montaña rusa que va en picada y te crea un hueco en el estómago que da risa, emoción, gozo, diversión. Eso era lo más directo que había tenido por parte de Neji hasta el momento y que contara para ella.

Entonces sintió que era necesario y justo subir la apuesta, teniendo fe en la certeza de que con su próximo movimiento iba a ganar.

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DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』Where stories live. Discover now