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Neji soltó, por enésima vez en el día, un largo suspiro que reflejaba a la perfección el fastidio que sentía hacia él mismo por verse tan ansioso. Porque no exageraba si comparaba la manera en la que se sentía con el comportamiento de un alcohólico en rehabilitación, deseoso porque las gotas de lluvia que resbalaban por su ventana fueran cerveza en lugar de agua.

Shikamaru y Temari seguían de luna de miel una semana después de su boda, y los demás invitados seguramente estaban en las suyas, tanto que, Tenten, pese a tener su número telefónico no se había comunicado con él, y Neji, aún teniendo días ajetreados, se había estado tomando bastantes recesos para mirar su celular, esperando que, de todas las llamadas que entraban, al menos una fuera de ella.

Resoplando, hastiado por su actitud como el de un adolescente, encontró que la única solución a su problema era mantener apagado ese aparato que se encontraba a la vista de todos reposando en la mesa de cristal delante de él, así que estirando su brazo para llegar hacia su móvil, lo apagó sin más miramientos.

Los presentes que se encontraban junto con él en la sala de juntas pensaron que lo había hecho para no interrumpir la reunión que acostumbraban a hacer todos los viernes, después de todo, Neji Hyuga siempre se tomaba muy en serio su trabajo. Incluso su tío Hiashi pensó a simple vista que esa era la razón, hasta que notó la expresión de su sobrino.

Parecía que Neji estaba teniendo una pelea interna en otro planeta completamente diferente al suyo, así que no pudo evitar dirigirse hacia él con una voz inquisitiva después de varios segundos.

—¿Y ese suspiró?

Aquella pregunta tomó por sorpresa a Neji, que en realidad no estaba tan ensimismado en lo suyo porque logró escucharla claramente reconociendo que iba para él. Acomodó su postura sobre el asiento que ocupaba y aclaró su garganta de manera automática, tratando de disipar la atención que le estaban dando los demás miembros de la Constructora.

—¿Pasa algo, Neji?

El castaño abrió la boca, torciendo una sonrisa para calmar la preocupación genuina de su tío, sin embargo, no le hizo falta buscar alguna excusa, pues su padre mirándolo de soslayo y soltando una risa burlesca, respondió por él.

—¿Qué le va a pasar? Está enamorado nada más.

A Neji aquella respuesta lo tomó desprevenido, siendo consciente de que seguían mirándolo está vez con asombro más que con curiosidad, pues él siempre se encargaba de mantener su vida privada lejos de los demás. No podía creer que su padre lo delatara de esa manera delante de todos, aún cuando no estaba enamorado realmente.

—Padre —Neji masculló de prisa, reprimiendo sus ganas por salir de ahí, pero mantuvo la compostura y se mostró igual de serio que de costumbre. Al costado izquierdo de su padre, Fuu soltó una pequeña risilla señalando que a ella también le divertía verlo en esos aprietos.

Neji se abalanzó hacia adelante lo suficiente como para lanzarle una mirada amenazadora, que Fuu interpretó como un: "Ya me las pagarás después." La morena sólo se encogió de hombros y sin borrar aquella sonrisa divertida, le guiñó un ojo.

—Puedes engañar a tu tío pero no a mí, Neji —respondió Hizashi luego de un momento, ladeando una sonrisa y mirando con picardía a su hijo. A Neji eso le pareció un poema que nunca antes había visto.— Yo te engendré.

El castaño se rió complacido aunque evidenciado e intentó darle batalla a aquella mirada intensa que le dirigía su progenitor aún a sabiendas de que Hizashi era un ganador nato, pero era por eso, y porque él era el hijo prodigio, que no se rindió hasta que su tío volvió a hablar.

DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』Where stories live. Discover now