DEBE DE SER AMOR. 『NEJITEN』

18.

El día en que una historia comenzó.

Resultaba preciosamente extraño como una estación, un aroma, una canción o una palabra, podían traer de vuelta a la vida un sentimiento vivido con anterioridad, como si el tiempo hubiese retrocedido solamente para sentir todo otra vez pero con más intensidad.

Parecía que apenas había sido ayer el día en el que Neji Hyuga le había pedido a Tenten que aceptase ser su novia.

Habían estado saliendo por ocho meses disfrutando de la etapa del cortejo, atesorando la emoción de saber que verían el rostro ajeno que siempre se encontraba iluminado por la felicidad que se refugiaba en su corazones por el amor mismo que crecía en ellos, ambos adorando esos gestos inocentes que surgían sin premeditación, como cuando sin querer se rozaban las manos o los hombros a razón de sus cuerpos hablando por ellos mismos, anhelando la cercanía y el calor del otro. Sorprenderse sin perderse ni un solo día para hacerlo, regalándose un gesto que se adecuara al lenguaje del amor de cada uno. Les resultaba divertido observarse cuando el otro no se daba cuenta y ver las reacciones que tenían en diferentes situaciones, aprendiendo así aquello que les gustaba o les disgustaba pero no era expresado con explicitud. Aunque sabían que probablemente ni todo el tiempo del mundo que tuvieran en su poder les alcanzaría para llegar a conocerse completamente, ambos se esforzaban por siempre estar en el mismo escalón y no dejar al otro atrás, incluso en los días difíciles, cuando no era posible entregar el cien por ciento de la otra persona, utilizar al otro como un bastón de apoyo para seguir avanzando era preciado, y reconocido, y respetado. Aun cuando nada era perfecto, el deseo de permanecer ahí y querer seguir construyendo y transformando una relación, seguía intacto.

Pronto, antes de que se cumplieran los nueve meses, la idea de presentarse solamente como amigos o decir simplemente que se estaban conociendo, dejó de sonarles adecuada, tampoco sonaba sincera, ni mucho menos les gustaba. Casi era como un insulto para sus sentimientos.

El día en el que Neji se dio cuenta de que ambos ya estaban preparados y no solo él, fue el día en el que la novia de Rock Lee, el mejor amigo de Tenten, en una reunión les preguntó si eran novios y ante la respuesta, apenada se disculpó diciendo que podía notar en ellos un amor genuino y sólido, y que por ende, pensó que ellos dos ya estaban juntos, porque algo que parecía ser así de fuerte, era difícil de ignorar, por no decir imposible. Entonces, al ver el rostro sonrojado de Tenten pero a la vez un semblante de insatisfacción en su rostro, Neji supo que ese era el momento indicado para dar el siguiente paso.

Pasó días planeando cómo es que le pediría que fuera su novia.

Quería que fuera un momento alegre para ambos, uno que tomara desprevenida a Tenten, uno en el que él fuera capaz de poder expresar al menos un poquito de lo que sentía por ella y su esmero de querer que Tenten formara parte de su vida oficialmente. Un momento que les hiciera sentir a ambos que valió la pena la espera y que una promesa dicha con anterioridad fue debidamente cumplida. De más estaba decir que esperaba que fuera especial para los dos, que al recordarlo inconscientemente los hiciera sentir felices, seguros, y les dibujara una sonrisa que los hiciera pasar por locos cuando pareciera que no hay razones para ser feliz en tiempos duros.

Fue cuando planeó llevar a cabo un itinerario.

Harían un camino hacia un lugar lejos de los demás pero con comodidad y seguridad para ambos. Por su cabeza consideró cualquier cosa que pudiese ocurrir y no estuviese en sus manos, cualquier alternativa de salida fue anotada, recursos de ayuda para cualquier emergencia fueron requeridos, Rock Lee, con quien también había formado una gran amistad, lo ayudó a asegurarse de todo eso y le prometió que no parecía exagerado al contemplar todas y cada unas de esas situaciones, aunque Neji por momentos pensara que se estaba convirtiendo en un hombre exagerado.