Capitulo 89

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Clarisse estaba tan dolorida en ese instante que su desmayo sólo duró un par de segundos mientras la llevaban hasta La Madriguera. Las personas que estaban frente a ella la miraban con miedo, en especial cuando la recostaron sobre uno de los sofás. Ella sabía como curarse en ese momento, así que con dificultad se levantó nuevamente.

—¿Que estás haciendo? —Bill le preguntó con preocupación, intentando que ella volviera a recostarse.

—Tengo que sacar la varita, Bill —Clarisse le respondió con dificultad.

—Nosotros te ayudaremos con eso —Bill le respondió con terror.

—Puedo hacerlo, de verdad —Clarisse respondió.

—Es una chica dura —la voz de George  la hizo mirarlo.

Tenía un costado de su rostro ensangrentado y por lo que parecía, un agujero en donde anteriormente había estado su oreja.

—¿Que fue lo que te pasó? —ella le preguntó asustada.

—Snape me voló la oreja —George dijo divertido.

—No es gracioso —Molly le dijo a su hijo con molestia.

Clarisse suspiró visiblemente y con lentitud comenzó a sacar la varita de su costado. Mientras lo hacía, los chorros de sangre manchaban todo bajo ella, así que Bill tapó la herida con una de sus manos mientras ella comenzaba a sanarse.

—Tergeo... —Clarisse repitió varias veces aquello para quitar la sangre seca de la herida.

Clarisse recordó que en sus cosas tenía un poco de esencia de díctamo, así que mando a Bill por ella a su habitación mientras arreglaba los huesos rotos de sus rodillas.
En el momento en que el pelirrojo regresó nuevamente junto a ella, sacó el gotero y se colocó un par de pequeñas gotas marrones. Al instante la herida y el dolor se marcharon por completo, dejando a la vista una capa de piel nueva que parecía de pocos días.

—Clarisse —Molly llamó a la chica— ¿Podrías darle un rápido vistazo a George.

—Por supuesto —ella respondió al instante.

Se levantó del sofá con agotamiento, pues la carrera contra los mortifagos y la pérdida de sangre la habían debilitado mucho. George estaba recostado sobre el sofá, así que se puso de rodillas para poder ver su herida bien. En el momento en que lo inspecciono de dio cuenta que no podía hacer nada por el más que detener la pequeña hemorragia que seguía.

—Lo siento, Molly. Parece que su oreja fue perdida por medio de magia oscura —Clarisse hizo una mueca— no hay nada que hacer más que detener la hemorragia que pudiera tener.

—Gracias por revisarlo, cariño —Molly dijo con pesar, volviendo a mirar a su hijo—¿Cómo te encuentras, Georgie?

George se palpó la cabeza con la yema de los dedos.

—Echo de menos mi lenteja —murmuró.

—¿Qué le pasa? —preguntó Fred con voz ronca, al parecer profundamente consternado—. ¿Tiene afectado el cerebro?

—Lenteja, oreja... —explicó George abriendo los ojos y mirando a su hermano—. ¿No lo pillas, Fred?

Los sollozos de la señora Weasley se intensificaron, mientras el color volvía al pálido rostro de Fred, que dijo:

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora