Capitulo 95

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Clarisse soltó el pequeño libro cuando vio que había tierra debajo de ella. No era la mejor en usar trasladores, así que cayó de bruces al suelo. Aquello había sido doloroso, pero en ese instante estaba tan asustada y molesta que ni siquiera prestó atención al ardor en su rodilla. No tardo mucho en darse cuenta que lo que había bajo ella era arena, así que levantó la cabeza al instante para ver en donde estaba.

Las olas golpeaban con fuerza en la costa, mientras que el viento le golpeaba el rostro con fuerza. Hacía bastante frío, así que se levantó con rapidez y examinó sus alrededores para saber qué hacer. Por alguna razón la habían enviado a aquel lugar, así que descartó la idea de aparecer nuevamente en La Madriguera.
Detrás de ella había una casa de madera bastante linda y era único que había a kilómetros. No sabía a quien pertenecía aquel lugar, pero no dudo en pedir asilo. Se agachó y recogió el libro, dándose cuenta que dentro traía una nota. Al instante reconoció la letra de su esposo, así que la leyó al instante.

Esta no era la forma en que quería que conocieras nuestro nuevo hogar, pero aún así espero que te guste. Nos vemos más tarde. Por favor, no regreses aquí, te envié para que estes a salvo.

Bill.

No tenía más opción que esperar a Bill. Odiaba que en ese momento no podía hacer nada al respecto más que imaginar que estaría sucediendo con los miembros de su familia y con los invitados que no lograron escapar a tiempo. Los Mortifagos cada día se volvían más malvados, así que ya no les importaba si los demás eran inocentes o si había niños a los que podían lastimar. La guerra apenas estaba comenzando y ya era bastante horrible.

Clarisse tomó su varita con fuerza y lanzó un Alohomora a la puerta para abrirla. Antes de entrar se sacudió bien la ropa para quitarse la arena y entró sigilosamente, intentando ver cada lugar de su nuevo hogar. Era de dos pisos y bastante grande, incluso tenía un enorme parecido a La Madriguera, lo que la hizo sentir más en casa. Comenzó a caminar alrededor, intentado no perderse de nada, hasta que se topó con varios bolsos llenos de su ropa, así que supuso que Bill había empacado todo en el transcurso de la noche.

Tenía que admitir que a pesar de que su vestido y zapatos eran preciosos, era bastante cansado llevarlos puestos. El vestido era bastante pesado y los pies le dolían fuertemente por no estar acostumbrada a usar aquella clase de zapatos. Había pensado que pasaría la noche con Bill como recién casados, pero todo se había salido de control.

Agradecía con toda su alma haber ayudado a Harry, Ron y Hermione a escapar de la boda, pues sabía que podían terminar con la guerra. Confiaba plenamente en Potter y haría todo lo necesario para mantenerlo a salvo.

Clarisse no tardo mucho tiempo en cambiarse de ropa, así que llegó hasta la cocina para preparar algo para comer. El estómago lo tenía revuelto mientras pensaba en lo que estaba sucediendo en La Madriguera, además de que no tenía idea de si a Bill lo estaban lastimando. Estaba a punto de encender la estufa, cuando escuchó que la llamaban. Era bajo, pero podía entender perfectamente. Ella al instante recordó el espejo que le regaló Sirius, así que se apresuró hasta el sofá en donde se encontraban algunas de sus pertenencias.

—Clarisse... —la voz de Harry resonó más fuerte en el instante en que ella lo levantó.

—Aquí estoy, Harry. ¿Cómo están ustedes? —Clarisse le preguntó con miedo.

—Estamos bien, ¿ustedes? —Harry le preguntó tenso.

—Yo estoy bien, pero no sé qué sucede en La Madriguera. Bill y los gemelos me dieron un traslador —Clarisse dijo con voz temblorosa— estoy esperando alguna noticia sobre todos.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora