𝑇𝐻𝐸 𝐹𝐴𝐿𝐶𝑂𝑁 𝐴𝑁𝐷 𝑇𝐻𝐸 𝑊𝐼𝑁𝑇𝐸𝑅 𝑆𝑂𝐿𝐷𝐼𝐸𝑅 ||BL||

𝐻𝑖𝑗𝑎. (1/2)

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[𝐵𝑢𝑐𝑘𝑦 𝑥 𝑍𝑒𝑚𝑜.]
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Dedicado a: TokiazB

Zemo al ver los ojos de esa niña,

supo que algo cambiaría en su vida.

Odiaba a los niños en secreto, solo por que recordaba mucho a su fallecido hijo, los ojos inocentes, las hermosas sonrisas y esa energía que los adultos no pueden seguirla, todo, cada detalle de los infantes, le hacia acordarlo pero ahora, tiene una misión y si quería conseguir la información de Karli, tenía que dejar de lado su molestia.

Esa niña de lindo cabello, ojos preciosos y una piel clara, le daba cierra ternura cuando baja la mirada, escogiendo los hombros, aferrándose a ese caramelo.

No podía quitarla de su mente cuando lo esposaron, cuando ese escudo le golpeó en la cabeza, cuando vinieron por él para llevarlo a wakanda o incluso ahora, sentado en medio de la solitaria plaza después de escapar de ese hotel.

Suspira, dejando ver su respiración por la baja temperatura, no le importaba enfermarse por el frío, era el menos de sus problemas ahora. Junta sus manos, inclinando su cuerpo un poco hacia adelante, mirando cada persona que cruza en su frente hasta que ve una silueta conocida, haciendo que se levante como un resorte y camine con lentitud, elegancia, la mirada en alto o eso fue hasta que lo estuvo cerca.

Se agacha para estar en la altura de esa niña quién está sentada en el suelo, abrazándose para encontrar algo de calor. Ella levanta la mirada algo confundida hasta que su expresión cambia a sorprendida por encontrarse al mismo señor de hace unas horas.

Zemo: hola.-susurra, dedicando la una sonrisa mientras agarra dos caramelos y así extenderlos a ella.-¿Qué haces aquí sola?-solo recibió silencio y no le molestó, después de todo apenas hablaba-¿Y tus padres?-mira a los lados con esperanza de encontrar al menos un alma acerca de ellos pero nada.-¿Te dejaron sola?

Solo asintió, agarrando los caramelos y así comerlos con algo de desesperación. Zemo no dudaba que tuviera tanta hambre y la hubieran dejado sola en la calle, hace una mueca al ver la situación que se estaba metiendo pero tampoco podría dejarla, le hacia sentir que no estaba solo en este mundo corrompido.

Zemo: ven.-le extiende su mano, ganando otro gesto confundido de la menor.-vamos a mi casa, claro, si quieres.

La criatura miraba unos segundos la palma de la mano del criminal antes de agarrarla y mirarlo a los ojos para después asentir, quería dejar de sentir frío, hambre o cualquier sensación negativa que le dió el destino, si ese hombre puede sacarlo de ahí, caminaría a su lado. Ambos se levantan, empezando a caminar en medio de las solitarias calles, dejarían el país rápidamente, necesitaban tener tranquilidad antes de que algún vengador atrape al Sokoviano.

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Zemo: estamos en Sokovia, mi hogar.

Dice al ver que la menor miraba la entrada del hogar, la mansión de Helmut, la mandó a construir como su antiguo hogar mientras estaba en la celda, quería tener todo exactamente igual, cada detalle que le haga acordar a su familia. Ambos entraron a la sala donde se encontraba el mayordomo quien hace una pequeña reverencia.

Mayordomo: bienvenido señor, ¿Quiere que prepare algo de comer?

Zemo: si, gracias.-se sienta en el sillón, cerca de la chimenea que estaba prendida.-tambien prepara un cuarto para la niña.