Capítulo 21

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Gun quería abrir los ojos pero aquella acción le resultaba tan difícil, su cuerpo no quería hacer caso a sus órdenes, se sentía demasiado pesado, tan simple movimiento parecía requerir de mucha energía, su respiración era pausada, volviéndose a cada momento más rápida y compleja.

Lo primero que vislumbró al abrir los ojos, fue una enorme sombra casi sobre él.

Eso lo hizo sofocar demasiado, sólo quería huir de allí.

No podía enfocar bien su vista pero trato de levantarse como pudo, más su cuerpo seguía sin responder y cayó de la cama en la que al parecer se encontraba.

Empezó a llorar sin más, no podía ver bien ni sabía dónde estaba, su histeria aumento más cuando fue agarrado por los brazos, levantado y sentado en algún lugar. Suponía que nuevamente en la cama.

Se quedó paralizado cuando la imagen frente a él se aclaró un poco, aquellos ojos negros que lo miraban intensamente, una mirada que parecía de preocupación y aquella voz en la cientos de veces lo había reconfortado.

Se movió hacia atrás, casi tocando la pared de aquella pequeña cama, miró por todo el lugar y lo primero que recordó fue el incidente en la mansión.

Joss abrazándolo. Un Pinchazo.

La nada.

Ahora.

Tragó con un temor extraño y nuevo.

—¿Joss? —dijo tembloroso.

—Así es pequeño. —respondió con calma.

—¿Dónde estamos? —al preguntar no pudo evitar soltar algunas lágrimas.

—¿Por qué lloras? —preguntó Joss con una mezcla de emociones que Gun no pudo descifrar por que el miedo que lo embargaba.

Gun trato de levantarse con sumo cuidado de la cama, tratando de no tocar a Joss, pasó a lado de su hermano y fue directamente hacia la puerta de la habitación.

Giró varias veces el cerrojo para poder abrir la puerta, sin embargo esta estaba cerrada. Su corazón empezó acelerarse, y las lágrimas se hicieron más abundantes.

Al sentir unas manos fuertes sobre sus hombros, dio un brinco como si se tratara de hierro caliente.

Se dio vuelta, quedando su espalda contra la pared, miro a Joss irreconocible y apenas percibiendo su voz pidió.

—Quiero ir a casa. —

Joss paso su mano por su rostro suavemente, un tacto que apenas se notaba, un acto que antes a él lo hacía sentir amado y que ahora le causaba repulsión.

—Estamos en casa...

*********

Era un monstruo.

La persona que tenía a Gun era un monstruo.

Cuando enterró a su madre se sentía tan mal, estaba destrozado y el hecho de que Gun estaba secuestrado por aquel animal lo ponía enfermo.

Off se sentía tan impotente, el no poder hacer más de lo que él deseaba. Había recorrido la ciudad tantas veces que ya no tenía idea sobre que más hacer. Era tan desesperante y asfixiante.

Lo que más impotencia le daba era el hecho de que era como si no hubiese pasado nada, el famoso matrimonio Atthaphan había impedido que se hiciera pública la desaparición de Gun por lo que la búsqueda era más lenta. Por otra parte, para la hermana gemela de Joss fue desgarradora la noticia, estuvo un par de días ingresada en una clínica después de haberse desmayado tras el escándalo de los cuerpos.

La había visto como un zombi por la mansión, deambulando con el rostro lleno de lágrimas, incluso la madre; sólo el señor Atthaphan se mantenía hermético ante la situación. El detective que habían contratado para que encontrara a Joss y a Gun llegaba cada día pero sin el paradero de ambos.

Un mes.

Un maldito mes sin él.

Muchas veces Off se levantaba por las noches, sudado y lleno de miedo. Sus pensamientos no paraban de enviarle imágenes de Gun y de Joss.

Imágenes aterradoras.

Imágenes que lo torturaban.

Él seguía viviendo en la mansión por su puesto, los Atthaphan jamás dejarían que se fuera y que contara todo, si se era sincero no le importaba, quería saber todo respecto a si los encontraban y estar en la mansión le ayudaría.

Y funcionó.

Cuando Off ya casi había perdido las esperanzas, de repente una tarde, cuando el sol ya caía dejando entrever sus últimos rayos de luz, vio entrar al detective a toda prisa a la mansión, incluso había caído en pleno salón, razón por la cual lo había visto en primer lugar.

Off lo siguió a paso lento hasta el estudio del señor Atthaphan, iba tan apresurado que no reparó en mirar hacia atrás como siempre hacía antes de ingresar. Se quedó clavado en la puerta escuchando todo lo que le decía al viejo Atthaphan.

La plática no se escuchaba muy bien, pero logró escuchar lo más importante.

Habían dado con Joss y Gun.

Un lugar tan cerca de ellos que lo habían descartado por la misma razón.

Al parecer una cámara había captado el rostro de Joss por lo que el detective había seguido la pista y dado por fin con ellos.

—Hay que enviar a las unidades ahora mismo, tengo todo listo, ellos están listos para

—No, esperaremos la media noche, no quiero gente husmeando.

—Pero señor, puede llevárselo a otro lugar.

—No lo hizo en todo este tiempo, no lo hará ahora. Espera mis instrucciones.

Off estaba totalmente pasmado ante lo que había escuchado, era algo imposible de creer.

Ni siquiera tuvo tiempo de pensar cuando sus pies lo llevaron hacia la cochera de los Atthaphan.

El auto aún conservaba el olor de Gun.

Habían salido tantas veces en él.

Cuando agarró el volante sus manos temblaban, sin darse cuenta las lágrimas se hicieron presentes.

Iba matar a Joss.

Lo haría sufrir por todo.

Salió a toda velocidad de la mansión, antes había ido aquel lugar donde se encontraba Gun en esos momentos, su madre en cierta ocasión le había pedido llevarla para recoger ciertas plantas aromatizantes. Era una casa a las afueras de la ciudad, no estaba cerca, pero tampoco lejos como en tantos de sus sueños pensó.

Tragó profundo.

Faltaba poco para verlo otra vez.

Tan sólo rogaba por algo.

Deseaba encontrarlo con vida.



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Estamos llegando al final ^.^

Latidos -OffGunWhere stories live. Discover now