Capítulo 1

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Gun dormía plácidamente cuando su sueño se vio cortado por el sonido de alguien "hablando" –porque realmente estaba gritando- por teléfono. Odiaba que sus horas de sueño fueran interrumpidas, él debía dormir ocho horas o su mal genio saldría a flote y él no quería eso. Por la misma razón se había negado a tener esa habitación, la que daba justo al enorme jardín de su casa. Su madre lo había obligado.

Se cubrió con las mantas quedando su cuerpo debajo de estas, intentó volver a dormir, pero su sueño se había esfumado. Con un quejido molesto quito las mantas y se sentó en la gigantesca cama.

Se quitó su cubre ojos y su cabeza voló hacia donde se escuchaba el sonido, mataría a quien fuera que se atrevió a molestarlo.

Sus esbeltas piernas se acomodaron al filo de la cama buscando sus suaves pantuflas, cuando las halló, se paró y sus manos fueron instintivamente a su cabello peinándolo ligeramente.

Respiró profundamente para enfrentarse al odioso ser que había osado levantarlo.

Inicialmente él iba a pedirle, amablemente, al extraño que se fuera a hablar a otro lugar. Sin embargo, sus pies lo llevaron hasta el baño. Él realmente odiaba ser despertado, nunca dejaba ver su carácter enojado a los demás, pero cuando algo como esto sucedía, no podía evitar que su demonio interior apareciera.

Él T.E.N.I.A que dormir ocho horas y no lo había logrado.

Llenó un cubo con agua y se dirigió hacia la enorme ventana, la abrió por completo y sin mirar a la persona que estaba gritándole al teléfono, lanzó el cubo con agua.

—¡Largo! —fue lo único que dijo y volvió a cerrar incluso cubrió todo con la cortina. Eso le pasaba por meterse con él.

Sonrió por la travesura cubriendo su boca con ambas manos. Así está mejor pensó. Si se mantenía enojado todo el día, le saldrían arrugas.

Fue al baño nuevamente, esta vez más espabilado, se miró en el espejo. Su piel estaba perfecta, su labios voluminosos y rosas, se notaban humectados gracias a los productos que usaba antes de dormir. Peino su cabello una vez más hacía atrás, era tan negro que hacían contraste con sus ojos miel. Sonrió. Dientes perfectos y blancos. Todo en él le gustaba, menos su estatura, ¿por qué no creció un poco, sólo un poco más? Se preguntó mirándo fijamente su reflejo. Ese era el único complejo que tenía, pues su era vida genial, padres ricos, una inmensa casa, belleza... Tenía prácticamente todo...todo menos amor...

Sacudió su cabeza en negativa. ¿Quién necesitaba amor teniendo todo lo que él tenía? Nadie obviamente. Él no lo hacía.

Con ese pensamiento se deslizó de sus ropas metiéndose en la regadera, el agua caliente toco su piel y se sintió de maravilla, soltando un ruidito de exquisitez se bañó tomándose su tiempo, mientras al otro lado, justo bajo su ventana, se encontraba un Off completamente estático.

Apenas y se había mudado la noche anterior a aquella casa y ya se estaba arrepintiendo. Había salido casi en fuga pues le debía a su casero dos meses y no tenía ni un centavo siquiera. Por suerte su madre le había dicho que necesitaban un jardinero en la casa donde trabajaba, era lo mejor que le pudo pasar, porque incluso le daban un sitio para dormir, y comida.

Pero tales cosas tenían su precio al parecer, como su móvil totalmente destruido, debido a que alguien le había lanzado un cubetón de agua desde una de las ventanas.

Quiso reír, en verdad lo intento, pero ese aparato le había costado todo un mes de sueldo y ahora estaba inservible.

Miró hacía arriba con ira contenida, esperando divisar a la cruel criatura que lo había mojado.

Latidos -OffGunWhere stories live. Discover now