Capítulo 8

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Después de su plática con Off, se quedó un tiempo más afuera, sin darse cuenta era bastante tarde, las dos de la mañana para ser exactos. Un poco exhausto tanto física como mentalmente, Joss se dirigió a su habitación. O al menos eso se proponía.

Sus pies sin embargo, lo llevaron a la habitación cerca del jardín, donde se estaba quedando Gun. Se quedó parado fuera de la puerta por un largo rato, era una batalla interna la que sentía. Joss era un hombre fuerte, controlador y muchas veces sin escrúpulos. Pero tenía una debilidad: Gun, su hermano menor...Su hermano. A veces necesitaba recordárselo él mismo. Lo que sea que sentía por él, era enfermizo en todos los sentidos, sin embargo no podía pararlo, lo había intentado por bastante tiempo, fallando siempre en su intento cada vez que el pequeño le sonreía o cuando le decía que lo amaba.

Sus manos habían recorrido cientos de mujeres y hombres, más aun así ardían por recorrer la pequeña y esbelta figura de su hermanito. Era tan angelical, tan bello y delicado, cada vez que lo abrazaba, que lo besaba, su animal interno quería salir y devorarlo.

Era su hermano. Debía recordárselo a cada instante.

Tomó una respiración profunda y abrió la puerta sin hacer ruido. Se adentró despacio.

Gun estaba en posición fetal, la poca luz que entraba en la habitación reflejaba su hermoso rostro, y es que tenía unos ojos y labios cautivadores.

Apretó su mandíbula fuertemente al recordar a otro profanando esos labios.

Su mirada cayó en aquella figura otra vez para disipar su rabia, su corazón se calmaba cuando lo veía. Caminó unos pasos más hasta llegar a su cama, generalmente Gun era de sueño no tan pesado, se sorprendía de no haberlo despertado aún.

Se sentó con sumo cuidado en la cama.

Odiaba gritarle, odiaba hacerlo sentir mal, sabía que su hermano la había pasado mal en el instituto debido a su aspecto frágil y delicado; y a pesar de que tanto él como su gemela le jugaban bromas, nunca cruzaban el límite.

Pasó sus dedos suavemente por sus cabellos, retirando unos pocos fuera de su frente, ¿era normal sentir este tipo de adoración hacia un hermano? Él en ocasiones se sentía embriagado con su presencia. Deslizó su mano por sus mejillas, sin tocarlas realmente.

Cerró con los ojos con fuerza.

Gun se movió dejando su rostro al descubierto por completo, él suspiró derrotado. Era una batalla vencida.

Se acercó al rostro de su hermano y posó sus labios en la frente de este, respiró su olor, lo dulce de él, sintió la suavidad de su piel. Se demoró más de lo que debería demándenlo por ello.

Cuando Gun abrió los ojos, sus rostros estaban aún muy cerca.

—¿Joss? —dijo su hermano, somnoliento aún.

—Perdóname. —le pidió, cerrando sus ojos y moviendo sus narices juntas en un suave toque.

A Gun le brillaron los ojos, de pronto el ambiente se volvió triste. Joss lo observó cuando una lagrima rodo por su mejilla.

—No llores por favor, odio haberte lastimado. —le rogó limpiando su suave pómulo.

—Me asustaste, nunca me habías hablado así. —dijo su hermano.

—Lo sé y lo lamento tanto, no sabes lo mucho que te amo, nunca quise hacerte daño. —expresó con voz cálida y cargada de sentimientos.

Gun junto sus frentes y asintió.

—También te amo tanto. —aquellas palabras no lograban más que enloquecerlo. Su hermano siempre había sido tan inocente y tierno con él, sin saber que con aquellas acciones sólo hacía que su corazón se perdiera aún más.

Joss lo abrazó, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello y clavícula. Gun le devolvió el abrazo.

Se quedaron así por unos minutos, permitiéndole embeberse de él, de su fragancia acaramelada, de su candidez.

Se sentía tan mareado que no notó que estaba besando el cuello de su hermano hasta que éste se empezó a remover.

—¡Me haces cosquillas! —exclamó riendo.

Controlándose enormemente, empezó a reír con él, aunque reír era lo que menos quería.

—¿Me perdonas? —le preguntó, ocultando su excitación bajo el disfraz de una sonrisa.

—Está bien, pero no lo vuelvas hacer. —respondió burlón.

Joss le dio un beso en los labios, un toque apenas.

—¡Joss! Hemos hablado de eso. —le reprochó queriendo sonar molesto. Él rio. Hace un par de años, cuando había descubierto su amor poco fraternal por Gun lo había besado en los labios, se había excusado diciendo que era porque lo amaba demasiado y era su hermano favorito; sin embargo nunca imaginaría que éste haría lo mismo con un amiguito del instituto pensando que era normal, sus compañeros empezaron a burlarse de él y desde entonces no le permitió darle más besos.

—Lo siento, es que eres mi favorito. —se excusó. Gun sólo negó.

—También eres mi favorito, pero el clon 2 no debe saberlo o se molestará. —añadió con voz cómplice.

—Trato hecho. —le dijo y beso su nariz ya que sus labios estaban prohibidos. —En cuanto a Tay no quiero que lo vuelvas a ver. —Gun los miró con los ojos como platos.

—¡Qué! —preguntó sin aliento.

—Es lo mejor para ti. —le dijo tratando de convencerlo.

—No puedes...no puedes estar hablando en serio. A mí me—

—Se va a casar. —comentó, interrumpiendo lo que sabía que iba a decir. Gun lo miró con el rostro congelado. —Veo que no te lo contó, sabes cómo funciona nuestro estatus, tenemos que hacer alianzas y aunque parezca medieval, es una sabia manera de amasar más fortuna y poder.

—Mientes. —respondió acongojado.

—Nunca te mentiría, después de unas semanas verás el anuncio. —Quería matar a su ex amigo por hacerle pasar por eso a su hermano. —Jamás pensé que fuera tan cerdo cómo para meterse contigo sabiendo que estaba por casarse.

—Sabías q-que soy...—sabía lo que trataba de decirle.

—No me importa lo que seas, te amo y siempre será así a pesar de todo. —lo tranquilizó. Desde hacía un tiempo había notado esa particularidad en Gun, no le afectaba en lo más mínimo.

El asintió despacito, con el rostro decaído.

—¿Te quedas conmigo? —le preguntó después de unos minutos de silencio. Gun lo necesitaba, pero eso sería realmente una tortura para él.

—Claro. —respondió. Inspirando profundamente sacó sus zapatos y se metió en la cama junto a su...hermano.

Gun se abrazó a él sin imaginar lo que le provocaba estar de esa forma, tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

Joss lo escuchó llorar toda la noche.

***

Cuando Gun se despertó a la mañana siguiente su hermano no estaba con él, se dirigió al baño y miró sus ojos hinchados de tanto llorar. Se va a casar. Tay se iba a casar. Cerró los ojos con fuerza y decidió arreglarse para el día, después de todo tenía un viaje que ganar. Lo malo de todo aquello era que tenía que soportar al idiota del jardinero.

Cada vez que pensaba en él, sólo una palabra venía a su mente. Odio. Lo odiaba. 

Latidos -OffGunWhere stories live. Discover now