Latidos -OffGun

Capítulo 4

El rostro de Off latía, el pequeño demonio –a pesar de su tamaño- golpeaba bastante duro. Se tocó la cara con una mueca de dolor,

¡Demonios! Pensó

Quedaría un morado cerca de su ojo.

Cerró la puerta de un solo golpe.

¿Cómo se atrevía su madre a engañarlo de esa manera?

Había pensado que todo era suerte, cuando no resultó nada más que un timo. Se sentía que realmente molesto, y no con su madre, no, con aquel niñito mimado que lo sacaba de quicio sólo con su presencia.

Mira que traer al gigantón de su hermano para que lo corriera.

Movió la cabeza incrédulo y con una sonrisa torpe.

Se las cobraría, él lo haría. Se metió a la cama con ese pensamiento en mente.

Mientras tanto, en la mansión, en la habitación cerca del patio trasero. Un Gun bastante enojado estaba tirando todo a su paso.

—¡Maldito seas! —gritaba no haciéndolo realmente.

¿Cómo se atrevía aquel insolente a decirle tales cosas? Pensaba con lágrimas traicioneras saliendo de sus ojos.

El jardinero pagaría por su atrevimiento. Fue su último pensamiento antes de caer en un sueño profundo. En una habitación patas arribas.

***

Gun sentía unas manos acariciar sus cabellos y su rostro con suavidad, él sonrió involuntariamente a las caricias proporcionadas. Luego escuchó el sonido de una pequeña risilla.

Lentamente abrió sus ojos, un rostro cerca del suyo brindándole un magnifica sonrisa. Gun le sonrió de vuelta, mordiendo un poco sus propios labios en el proceso.

—Al fin despiertas bello durmiente. —dijo Tay, depositando un tierno beso en su frente.

—Buenos días. —respondió un poco adormilado.

Y sí que eran buenos, realmente buenos.

—¿Por qué estás durmiendo tan tarde? —le cuestionó el moreno, él giro la cabeza para mirar el reloj, dándose cuenta de que era la una de la tarde.

—Me sentía cansado. —contestó, no era una mentira después de todo, ya que él realmente se sentía cansado.

—¿Tawan? ¿Qué haces aquí? —preguntó el clon 1 entrando a su habitación.

—Vine por Gun. —respondió su amigo.

—¿Por qué no esperaste a que bajara? —replicó su hermano en tono autoritario, Gun sólo sonrió divertido con los ojos cerrados.

—¿Qué tiene de malo? —la pregunta de Tay era tan descomplicada, como si no conociera a su propio amigo, debería saber los protectores que eran los clones con él, sobre todo Joss.

—No me gusta que entres a la habitación de Gun cuando duerme.

—Estoy aquí ¿sabes? Despierto —hablo por fin.

—Pues bien, levántate y ordena un poco tu habitación, está hecha un desastre. Y tú —comentó, tomando de los hombros a Tay, —Vamos, y deja de acosar a mi hermanito.

Todos empezaron a reír, seguramente por motivos diferentes pensó, Gun lo hacía amargamente, pues ya le gustaría a él que Tay lo acosara. El nombrado seguro reía por lo idiota que sonaba el clon 1 al suponer aquello y Joss porque le encanta molestar a su mejor amigo.