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El pelinegro se encontraba cociendo una herida en el brazo de un hombre pelado.

Tarareaba una canción que no conocía, pero ahora tampoco le agradaba. Fukuzawa los observaba con los brazos cruzados, con la mano cerca de su katana. Dos hombres sanos y armados se encontraban afuera, esperando a su compañero.

- le herida sanará rápido - comentó el médico al finalizar - tan solo evita realizar movimientos bruscos con el brazo. Podrías sufrir graves consecuencias.

El hombre asintió y se incorporó de la camilla, para luego colocarse su sudadera con cuidado.

Mori se sentó en su escritorio y anotó un par de cosas en una hoja, para luego recibir la paga del paciente. Luego los tres hombres se fueron.

- sabes que no te hará caso - soltó el peliblanco.

Mori nuevamente se encontraba tarareando.

Le era molesto.

- si - respondió luego de terminar lo que debía ser el estribillo - pero ya no es problema mío, yo le advertí.

Fukuzawa frunció el ceño, esperando el resto de la respuesta, con sinceridad. El más bajo al percatarse de esto le sonrió.

- y por supuesto, si vuelve me genera mayores ganancias - terminó.

Bufó. Y Mori volvió a sonreír para seguir tarareando aquella canción. Pasaron un par de minutos, y el más alto no pudo resistir.

- ¿podrías detenerte?.

Mori soltó la pluma, pero no dejo de cantar. Fukuzawa lo fulminó con la mirada.

- sabes a qué me refiero.

- lo siento Fukuzawa, pero en realidad mí habilidad no es la de leer mentes.

- la canción - comentó con la mandíbula tensa - deja de cantarla, es molesto.

- oh - sonrió - ¿no te gusta?

La canción no la conocía, por lo que no podía decir si le gustaba o no. Lo que si sabía que le desagradaba era la vibración del hilo que unía sus dedos cuando el contrario entonaba alguna melodía.

- la canción no es el problema - soltó.

- ¿entonces?

- ...

No iba a admitirlo en voz alta.

- solo detente - sancionó.

Pero Mori sonrió y ahora en vez de tararearla con el sonido de si garganta, comenzó a cantarla.

Cuando el contrario terminará lo ahorcaría con sus propias manos.

 Lazos Inevitables - Todo Era Cuestión De AdmitirWo Geschichten leben. Entdecke jetzt