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  Música clásica sonaba en el consultorio. Ambos hombres se encontraban jadeantes, llenos de cortes y sangre.

- No puedo creer que seas capaz de algo así - escupió el peliblanco, asqueado.

No quería admitir que se encontraba dolido, sentía un sentimiento de traición, porque habían tenido un tipo de relación, aunque tampoco quisiera admitirlo.

Tampoco podía creer que su hilo se encontrará atado al de aquella persona.

- no crees que sea capaz de muchas cosas - sonrió el pelinegro.

Fukuzawa sostenía el cuerpo de una niña herida, tenía el pelo corto y oscuro... Lo hacía con firmeza, apartandola del pelinegro. Elise se encontraba tranquila, observaba a la menor.

El hilo entre ambos parecía a punto de cortarse.

- nuestro contrato termina aquí - no quería volver a verlo.

- aquel contrato no es lo único que nos une.

El peliblanco apretó la mandíbula, sentía el sabor metálico de la sangre en su boca.

- no sé a qué te refieres - soltó, comenzaba a caminar hacia atrás - nosotros no tenemos nada más en común.

Y se retiró de allí, escuchando la amarga risa de Mori extenderse por todo el recinto.

Si hilo nunca se había encontrado más tenso

 Lazos Inevitables - Todo Era Cuestión De AdmitirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora