Lazos Inevitables - Todo Era Cuestión De Admitir

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El castaño lo saludó.

Algo ardió en su pecho.

Sus voces tenían el mismo tono cantarín.

- ¡¿Ehh?! - gritó - ¡pero si es el mejor libro de todos! - comentaba mientras agitaba un manual completo se la guía al suicido.

El mismo temperamento, cuando odiaban algo que les gustaba.

Apretó los labios.

- ¡ghaa! - soltó mientras despeinaba su corto cabello - ¡es demasiado papeleo! - se quejó para tirarse sobre su escritorio.

  Recordó aquel momento.

- me pregunto que tipo de ridículo sombrero estará vistiendo - bufó con una sonrisa, le recordó cuando el médico ansiaba ver cómo le quedaba el nuevo vestido a su habilidad.

El más bajo se acercó y asomó por la ventana, permitiéndole observar parte de su cuerpo sin vendas.

Su piel era tan pálida como la de su mayor.

Se percató de que el suicida, toqueteo algo en el aire, con una pequeña sonrisa boba en los labios.

Y un escalofrío recorrió la espalda de Fukuzawa. Había sido una cruel representación del memento en el que se había conocido.

Solo que Dazai sonreía enamorado.

Y Mori lo había hecho con curiosidad.