~Capítulo 7~

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—¿Teresa? —escucho a mamá llamarme.

Dejo a un lado mi laptop y me levanto de la cama para ir en busca de mi madre.

Ella está en la cocina preparando el desayuno del día de hoy.

—¿Qué sucede, Ma?

Ella se gira y me dedica una mirada de desaprobación.

—¿Qué? —pregunto, mirándome de abajo hacia arriba.

—Cámbiate, luces como pordiosera con ese pijama.

—¿Por qué? Nadie importante nos va a visitar hoy. Es domingo.

Ella vuelve su concentración a los alimentos sin decirme ni una sola palabra. Entrecierro los ojos y la observo fijamente, ella evade mi mirada.

—Mamá —Mueve la cabeza para que sepa que me está escuchando —¿Quién viene hoy?

Suspira.

—Bien, te lo diré —Coloca con más fuerza de la necesaria una jarra llena de jugo en el mesón —Mi nuevo novio viene a desayunar con nosotros.

Me quedo perpleja con lo que acaba de decir.

¿Otro más?

—¿Qué dices? ¡Es el tercero del mes, mamá!

Ella me mira apenada, se encoje de hombros. No me queda más que tomar un largo respiro y acercarme a ella para abrazarla.

Desde que papá nos dejó hace dos años, mamá quedó destrozada. Amaba de verdad a mi padre, pero él no supo valorar ese amor. Se fue dejando a mi madre con seis hijos y un corazón destrozado, todo para comprometerse con una mujer más joven que mi madre.

Hace un año tuve la mala suerte de conocerla y me llevé una gran sorpresa cuando me enteré de que su nueva esposa es tan solo un año mayor que yo.

Jamás le reproché nada a mi padre por habernos dejado, pero desde entonces él y yo no tenemos buena relación. Como soy la mayor, solíamos hacer muchas cosas juntos y pasar gran parte del tiempo con él, pero el hecho de ver a mi madre llorando noches enteras y con Barton de apenas un año, lo cambió todo.

Todo hubiera sido diferente si él hubiera tenido la suficiente valentía de decirle a mi madre la verdad desde hace tiempo atrás porque sí, antes de irse con la que ahora es su esposa, le fue infiel con ella a mi madre. Más de veintitrés años de matrimonio tirados a la basura.

Mi madre es la más amorosa del mundo, era la mejor esposa. Ella es de cabello castaño largo, más alta que yo, las fracciones de su rostro son delicadas, de piel clara y ojos marrones lindísimos.

Solo un ciego dejaría a una persona tan maravillosa y bella como ella.

Es por ello por lo que desde hace seis meses decidió reinventarse a sí misma, cosa que aplaudí. Consiguió un empleo y cambió su estilo, pero yo no contaba con que se abriría una cuenta de Tinder y empezara de la noche a la mañana a salir en citas con hombres.

Tampoco puedo juzgarla, pero lo que no me gusta es que la mayoría de ellos solo la busca por una noche y satisfacer sus propios deseos, ella se merece mucho más que eso.

—Espero que este me caiga bien —le digo. Ella se suelta de mi abrazo y me dedica una sonrisa.

Sabe que la apoyo en lo que decida, pero la última vez que trajo a una de sus citas a casa casi lo saco a escobazos de aquí.

¡Era un maldito depravado!

—Me aseguraré de que eso no vuelva a suceder —me dice. —Ahora ve a cambiarte.

¿Y si nos casamos?Where stories live. Discover now