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(｡☬ SuguMika ☬｡)

Suguru x Mika

A ese punto de la relación, Daishou Suguru daría todo por Mika. Listo, no lo repetirá, no lo pondrá en defensa ante un jurado con estrado alto para dejar por sentado que está perdidamente enamorado de aquella flacucha, adorable y perfecta chica de ojos cafés.

Eso sería mucho trabajo, pretende sacudir la cabeza de un lado a otro si le pagaran más bien por hacer trampa en un juego de mesa que fácilmente ganaría sin ninguna traba. Pero nunca por algo que tenga que ver con la fémina, sería irresponsable de su parte, de hecho, no se ha cruzado pensamiento similar alguna vez por su mente. Todo lo referente a ella es así: puro. Sus amigos ya lo daban por perdido, porque, veamos, eso era el límite del primer amor.

Sus compañeros dirían que no se merece alguna falta echada en cara, pero siendo honestos con el mundo, no dejarían que Suguru escapara de eso porque el capitán no tenía la moral. Es más ¿Se merecía a alguien como Yamaka Mika? Esa es una buena incógnita que más de uno deja sobre la mesa porque no tienen el cerebro ni la fuerza mental para buscar la respuesta. Nadie –en mayoría– tiene una buena opinión de Daishou Suguru a la primera. Desafía las leyes y tiene más de una intención oculta tras la extraña sonrisa de aspecto sombrío.

Es por eso que las amigas de Mika le comentaban al respecto que sus sentimientos podrían tener fecha de caducidad si no se iba con cuidado. Porque Suguru era apuesto pero eso no significaba nada.

Todo comenzó cuando él le ofreció ayuda para cargar unas notas escaleras arriba y la magia hizo acto de presencia es señalar que tenían la química más brutal del planeta tierra. Éso o que Daishou quedó embobado dejando en claro que quién puñetas no lo haría si ella era adorable. Cayó redondito a la cesta tejida del amor llamada: “La sonrisa bonita de Yamaka Mika”. Sí, linda sonrisa, flequillo atractivo.

Pero ¡Por un demonio! Quería estar con ella pero tiene el cerebro de un balón y la falta de voluntad suficiente para ir tras la joven.

¿Tanto hablaba de voleibol? Es decir, con qué culpa. Respiraba el deporte, olía a competitividad, le encantaba jugar. Era importante para él. Ya quisieran otros haber llegado tan lejos como él –desgraciado tramposo–, en las competencias. Tenía el 70% en talento y el otro 30% en estrategias de hazañas en la duela. Bueno, él las consideraba así, pero para todos, era un pomposo lleno de discordia.

—¿Cómo llevas el rechazo de Mika-chan?

¿Qué cosa? ¿Cómo el cabeza de gallo tenía idea de ello? ¿Acaso se enteró por un medio de confianza? Que bastardo. Una cosa era el voleibol y otra cosa era, bueno, eso. Ya saben, la situación conflictiva en su estómago que trataba de ignorar y le gustaba provocarle supuestos “mareo” en su contra. Como sonreír como idiota al recordar los mofletes sonrosados de Mika, su esplendorosa aura llena de rosa o las faldas que usaba, que combinaban con sus outfits que seleccionaba con mucha precaución porque le gustaba verse bien y ¡Carajo!. Ese era el punto: ¿Se merecía a alguien como Yamaka Mika? Una y otra vez la duda surgía y detestaba tener que suprimir el sentimiento dentro de un cajón con llave, porque no había nada más aterrador a ese punto que el amor.

O quizás sí lo había. Era perder.

Esperen, es satisfactorio ver a ese mitad ruso quejarse en su contra pero el orgullo siendo fracturado por perder el partido parece que le venció en aquella vez. Nada peor que perder. Eso es seguro. La flama azul de la tristeza es incierta pero está ahí, opacando su pasado. El resto lo deja a solas por un rato porque es lo mejor, incierta agonía de la vida. Primero haber sido rechazado y luego perder sin poder ir a la nacionales. Que le parta un rayo.

—Ehmm, oye...

—¿Mika-chan?

Aguarden un segundo. Esperen un momento. Frenen los motores. Hay una persona ahí. Está nerviosa, tiene los labios temblorosos.

¿Qué dice? ¿Que quiere aprender voleibol? Soporten un rato el tiempo para que lo detengan por favor, apenas está procesando la cosa. ¿Como que le está hablando? Rayos, se ve tan bonita con ese bolso de lado y ese atuendo oscuro. ¡Daishou concéntrate! Está el frente tuyo, di algo.

—Cla-claro.

Y cuando se marcha, está seguro que sus ojos están tan abiertos, lo cual, no sabe si es posible. ¿Van a tener una cita? ¡Una cita de verdad!

Ahora sonríe como un tonto. Por todo el día. Aunque sus compañeros de equipo le estén molestando, no puede parar de sonreír. La magia le penetra el estómago, le cura los mareos. La chispa echa candela. Hay un fulgor colapsando. Sí, vuelve a caer redondito en la cesta tejida del amor llamada: “La sonrisa bonita de Yamaka Mika”.

Otra vez, y otra vez, y de nuevo.

No lo volverá a repetir, a ese punto de la relación, Daishou Suguru daría todo por Mika. Sonríe cuando le habla, escucha lo que tiene que decir. Oh la la, se ha enamorado, y mucho mejor que anteriormente.

(｡☬ I Would do anything for You - Foster The People ☬｡)
Álbum: Torches
2011