HQ!! ━ Song Shots

→ 5 ←

(｡☬ Terushima Yuuji ☬｡)

Todo inicio de una relación, por alguna razón sencillamente cursi, tenía que ser de color rosa. Estúpidos estándares. Estúpida realidad. Vamos a amarnos sin pensar qué pasará ¿Por qué no? ¿Por qué no dejarnos fantasear entre la lujuria adolescente? Somos el hoy y el mañana es agobiante ¿No lo creen? Terushima, vaya, hubo un tiempo en que ese muchacho pensaba las cosas así. El tontín era tan ligero pero no como la pluma delicada que mereciera algo de consuelo. Era un jodido alterego de esos que dicen cosas, hacen cosas y son dejados a la deriva. La viva imagen del adolescente sin consecuencia del pensar.

Si te descarrías con él, serías llevada a esos almacenes de mala pinta donde se abren huequitos en diferentes partecitas del cuerpo y con dicha pero disimulada rigidez terminarías accediendo. Porque te gustaba Terushima Yuuji. No habían más razones lógicas de por medio, era candente a la mirada. Sonreía divertido si te le quedabas viendo y sabía cuando una chica era tímida porque eso lo derrite. Le gustabas a Terushima. Lo sabía, se encaminó a seguirte por los pasillos y tratabas de ser esa chiquilla buena sin sembrar la mala fama ni pestilencias a tu imágen bonita.

Pero...

—Teru.

—¿Hmm?

“¿Cómo que ‘Hmm’?”

—Basta.

Le brindas un pellizco a su oreja y se quejó a manera chillona.

—En la escuela no –hizo un puchero y se alejó de tu cuello algo enrojecido, donde estaba maniobrando besos mariposa como niño emocionado–.

Se metió las manos en los bolsillos y trató de relajar tu rostro pasando a tus labios, devorando de a poco. Surcando las manos por tu cuello, escurridizas manos de rematador por esos cabellos sueltos en tu zona trasera. La pieza metálica te dolió al roce y contienes un murmullo.

Esas cosas tardaban mucho en sanar. El sujeto de la tienda te lo había advertido pero hiciste oídos sordos porque la carrera por hacerlo rápido para llegar temprano a casa fue de mayor prioridad.

Terushima Yuuji no es que tuviera el poder del convencimiento de su lado. Teru era un tonto. De esos tontos que provoca hablarles de frente y jalar el cuello de su camisa para hacer que llegue temprano a clases.

Caprichoso. Divertido. Poco detallista.

—¿Ah? ¿Usarás ese? –con las cejas alzadas y divertida frecuencia de voz, señala con el índice tu falda favorita–.

...

—¿No te gusta?

Arrugas la frente y giras un par de veces. Tampoco tenías el poder de convencimiento. No sabías a esas alturas si tus piernas eran lindas. Así que cuando él decía ese tipo de cosas, dudas de ti.

Pero para él tus piernas eran lindas. Sólo que dejaba salir lo primero que se le cruzaba con diversión. No todo es gracioso.

—Nunca dije eso –rápido, conciso. Aferra su mano a la tuya y prenden camino–.

No era la primera de tantas faltas. No era la última. No era el inicio, pero si el desnivel de algo.

—Yuuji –le tomas el costado del rostro. Desde hace rato que te sientes ida, rompiendo el cielo por el escozor de tus lágrimas–.

—No lo había dicho en serio –chasqueó la lengua–. Solo dije que no lo pienses tanto. Te volverás loca. Era una pequeña broma.

—Tampoco tenías que meterte con ese chico porque me dió algo de San Valentín.

Suspiró pesado.

Te susurró algo inaudible en el oído. “Te quiero”.

Já. Querías preguntarle si eso resolvía todo. Porque no lo hacía. Terushima, ¿Si él te quiero fuera una promesa, siendo honestos, la romperías no es así? No importaba el momento, habían caricias que se sentían dolorosas. Como si fueran petróleo caliente contra tu piel. Pero aún así, por esas noches en que tus ojos cedían por darle cabeza a algo que había dicho sin querer, el te quiero le sonaba tan sincero. Sólo un tonito medio serio y sabía romperte en dos. Porque si, él sabía cómo romperte.

Incluso bajo la oscuridad de su cuarto, mientras escuchaban música y hablaban tonterías hasta tarde mirando al techo. En que el maltrecho para tomar tu mano era tu muslo el que estaba de por medio. Que acariciaba con estímulo, con cariño. Pero sin respeto. Con ansias de hacerte sentir bien pero sin mirarte con fé. Sí, sabía romperte dos veces en un día.

Caminaban dichosos por la calle y entre cada auto mirar sus reflejos por algún vidrio y hacer distintas caras.

Esas tardes después de sus partidos, en que te coquetea sin disimulo y tu rostro hierve en caoba, porque lo sabía. Porque Terushima Yuuji te gustaba y tenía el conocimiento, que no importa cuántas veces rompa el te quiero, podía almacenar tus lágrimas y llenar vasijas de inseguridad, pero sabía cómo romperte.

Entonces, vamos a amarnos sin pensar qué pasará ¿Por qué no? ¿Por qué no dejarnos fantasear entre la lujuria adolescente? Toma sus manos, míralas y dile que la quieres. Hazla llorar pero no importará, porque un beso todo lo sanará.

(｡☬ Idon'twannabeyouanymore - Billie Eilish ☬｡)
Álbum: Don't Smile at Me
2017