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(。☬ Yaku Morisuke ☬。)
u.a. + fantasy

Recordando la voz inmersa en sus pensamientos, era como un sonido melancólico ahogado en el dolor del pasado, dentro de la oscuridad de sus párpados, eso es lo que único que ve

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Recordando la voz inmersa en sus pensamientos, era como un sonido melancólico ahogado en el dolor del pasado, dentro de la oscuridad de sus párpados, eso es lo que único que ve. Porque la concentración absoluta, el hallazgo de hace unos meses, para no caer en la desesperación de la carrera que se ha arremetido, es la constante ahora en su vida. Es lo que escogió, hasta que...

—¿Alessandra Kolovic?¹

Abrió los ojos con pasmo. La lentitud de la confusión a la interrupción de sus pensamientos. Alzando los ojos claros ante la voz prominente como tonada de campanilla, reconociendo que si estaba ahí. ¿Pero quién..?

—¿Si?

Un joven, no, un adulto. Pero bajo en estatura para la perspectiva visual del europeo promedio. Vestía un traje pardo de esos elegantes que no te permite subestimar su presencia, con chaleco bajo el pantó.

—Te he buscado en las últimas dos semanas. Me alegra haber dado contigo.

Su inglés era una cosa de otro mundo, lucía extranjero con los ojos rasgados, pero el acento era un tipo británico con distinguida fluidez. Sin referirse a ella con el usted, se confunde peor que antes. Empezó a sudar frío, sintiendo las sien humedecida del sudor perlado.

—Si soy Alessandra ¿Qué desea? –el volumen de su voz sonaba tan despectivo y amenazador que era más un ¿Qué quiere?–.

El varón sonríe con suficiencia y satisfecho. Como si estuviera acostumbrado a ese tipo de respuestas groseras o si fuera algo que esperaba de ella.

—Tengo una oferta de trabajo para tí.

Ya sabía a donde iba la conversación, con instinto cosquilleando su nuca, mira disimuladamente hacia atrás y a ambos lados, con el perfecto secretismo.

—Vengo solo, tranquila.

Se endereza a la par que él se sienta a su lado. Las luces de los ventanales con vista a las entradas del aeropuerto le combinan con sus pestañas claras, el rasgo felino de sus pupilas y el cabello acomodado en un peinado prestigiado.

—No me interesa el supuesto trabajo.

—Aún no he dicho nada.

—Sé a lo que va –le miró ceñida de arriba a abajo–. No se ofenda, pero no soy una ladrona.

Se rió secamente. Cruzó los brazos sobre el pecho e ignoro que tal detalle le dejara soltar un suspiro entre enfado y encanto, porque a pesar de ser bajito, el tipo dejaba mucho que desear.

—No necesito que robes nada. Escuché que eras una de las mejores como imitadora y arquitecta.

—¿Entonces qué quiere que haga?

HQ!! ━ Song ShotsWhere stories live. Discover now